
Desde el año 2005, mientras me encontraba haciendo mi práctica profesional en el diario El Líder de San Antonio, se comenzó a hablar de un megaproyecto de recintos de azar que podría establecerse en nuestra ciudad puerto. Así, los nombres de Ivisa o Thunderbird empezaron a hacerse familiares para los más de 150 mil habitantes de la provincia.
¿Y por qué de la provincia? Porque existían dos alternativas que lucharían por la licitación que la Superintendencia de Casinos y Juegos extendería en octubre de 2006.
Numerosas apariciones en los medios de comunicación locales fueron parte de la estrategia de posicionamiento que el grupo canadiense Thunderbird aplicó para hacerse un espacio. Así, uno de los principales argumentos que favorecerían la instalación de un centro de apuestas en la comuna balneario de Algarrobo serían los paradisíacos terrenos donde se emplazaría (frente al majestuoso y suntuoso complejo turístico San Alfonso del Mar, sí, el mismo del hijo de la ex ministra de Defensa Vivianne Blanlot y hoy por hoy el lugar top de la clase acomodada chilena).
Pero no sólo con ventajas se ganan las batallas, sino que también explotando el lado débil del enemigo. Y Thunderbird lo tenía bastante claro: manifestar públicamente la condición de ciudad puerto de San Antonio, comuna donde su archirrival de Ivisa pondría sus fichas.
Ya existía un precedente específico de la no muy convincente combinación de ciudad puerto y casino: Coquimbo. Recuerdo perfectamente mi conversación telefónica, la que por lo demás duró cerca de una hora y media, con representantes de Thunderbird, quienes ataviados de fundamentos se la jugaban por entero por su plan algarrobino.
"Uno de los grandes errores de la Superintendencia fue haber dado la licencia a Coquimbo, porque esa ciudad con su condición de puerto, representa un antagonismo estructural al casino", decía uno de los dueños de la firma canadiense tratando de convencerme de entrada.
"¿Por qué?", le pregunté yo algo confundido.
Más adelante comprendí que aquel antagonismo estructural se traducía en la sensación de seguridad que podrían tener los visitantes a la magna obra que ya en esos tiempos prometía revertir ampliamente la tasa de cesantía de la provincia y comuna que se empinaba por el 19 por ciento, la más alta del país.
Para el personero, los terminales portuarios de por sí generan actividades reñidas con la ley, como el contrabando, la prostitución, las mafias, los asaltos y el tráfico de drogas. Ante ello, mi convencimiento fue total.
Mención aparte al caballito de batalla de todos los proyectos conocidos y que habla de la creación y posterior potenciamiento de un circuito turístico - comercial de las seis comunas que integran la provincia de San Antonio.
LA ARREMETIDA DE IVISA
Asumiendo que era muy importante entregar datos concretos de modo de conseguir apoyos políticos y sociales, la empresa argentina Ivisa entró de lleno a hacerse un lugar en los mass medias, especialmente diario El Líder, actualmente y por ya veinte años, el medio con mayor credibilidad de la zona.
No me es difícil olvidar el día que me tocó tomar el famoso teléfono color café de la sala de edición del medio escrito, para contactarme con Gabriel Rosenzvit, un tipo con acento argentino que se presentó como propietario de la firma trasandina.
Eran cerca de las 13 horas, horario en el que la mayoría de mis colegas ya se encontraba degustando una exquisita vianda en el nunca bien ponderado restorán Balú, cuando este che me pintó el cielo de colores con los avances que traería el maravilloso casino de juegos.
Pasmado quedé al enterarme que no sólo tendría un lugar donde apostar, jugar póker o dominó, sino que también si me daba sueño podría alojar en un hotel cuatro estrellas o bien en mis horas de aburrimiento o espera entre juego y juego me podría dar una vuelta por el centro comercial que también se instalaría. Wowwwwwwwwwwwwwwwww!!!!!!!!!!!!!!!
Del lugar donde se emplazaría y que ha sido objeto de polémica en este último tiempo debido a la orden del Segundo Juzgado Civil de San Antonio de paralizar las obras tras el alegato de un empresario de la zona, ni siquiera se habló. La contundencia del tipo allende los andes fue espléndida y mi capacidad crítica y curiosa quedó en deuda.
¿Y por qué de la provincia? Porque existían dos alternativas que lucharían por la licitación que la Superintendencia de Casinos y Juegos extendería en octubre de 2006.
Numerosas apariciones en los medios de comunicación locales fueron parte de la estrategia de posicionamiento que el grupo canadiense Thunderbird aplicó para hacerse un espacio. Así, uno de los principales argumentos que favorecerían la instalación de un centro de apuestas en la comuna balneario de Algarrobo serían los paradisíacos terrenos donde se emplazaría (frente al majestuoso y suntuoso complejo turístico San Alfonso del Mar, sí, el mismo del hijo de la ex ministra de Defensa Vivianne Blanlot y hoy por hoy el lugar top de la clase acomodada chilena).
Pero no sólo con ventajas se ganan las batallas, sino que también explotando el lado débil del enemigo. Y Thunderbird lo tenía bastante claro: manifestar públicamente la condición de ciudad puerto de San Antonio, comuna donde su archirrival de Ivisa pondría sus fichas.
Ya existía un precedente específico de la no muy convincente combinación de ciudad puerto y casino: Coquimbo. Recuerdo perfectamente mi conversación telefónica, la que por lo demás duró cerca de una hora y media, con representantes de Thunderbird, quienes ataviados de fundamentos se la jugaban por entero por su plan algarrobino.
"Uno de los grandes errores de la Superintendencia fue haber dado la licencia a Coquimbo, porque esa ciudad con su condición de puerto, representa un antagonismo estructural al casino", decía uno de los dueños de la firma canadiense tratando de convencerme de entrada.
"¿Por qué?", le pregunté yo algo confundido.
Más adelante comprendí que aquel antagonismo estructural se traducía en la sensación de seguridad que podrían tener los visitantes a la magna obra que ya en esos tiempos prometía revertir ampliamente la tasa de cesantía de la provincia y comuna que se empinaba por el 19 por ciento, la más alta del país.
Para el personero, los terminales portuarios de por sí generan actividades reñidas con la ley, como el contrabando, la prostitución, las mafias, los asaltos y el tráfico de drogas. Ante ello, mi convencimiento fue total.
Mención aparte al caballito de batalla de todos los proyectos conocidos y que habla de la creación y posterior potenciamiento de un circuito turístico - comercial de las seis comunas que integran la provincia de San Antonio.
LA ARREMETIDA DE IVISA
Asumiendo que era muy importante entregar datos concretos de modo de conseguir apoyos políticos y sociales, la empresa argentina Ivisa entró de lleno a hacerse un lugar en los mass medias, especialmente diario El Líder, actualmente y por ya veinte años, el medio con mayor credibilidad de la zona.
No me es difícil olvidar el día que me tocó tomar el famoso teléfono color café de la sala de edición del medio escrito, para contactarme con Gabriel Rosenzvit, un tipo con acento argentino que se presentó como propietario de la firma trasandina.
Eran cerca de las 13 horas, horario en el que la mayoría de mis colegas ya se encontraba degustando una exquisita vianda en el nunca bien ponderado restorán Balú, cuando este che me pintó el cielo de colores con los avances que traería el maravilloso casino de juegos.
Pasmado quedé al enterarme que no sólo tendría un lugar donde apostar, jugar póker o dominó, sino que también si me daba sueño podría alojar en un hotel cuatro estrellas o bien en mis horas de aburrimiento o espera entre juego y juego me podría dar una vuelta por el centro comercial que también se instalaría. Wowwwwwwwwwwwwwwwww!!!!!!!!!!!!!!!
Del lugar donde se emplazaría y que ha sido objeto de polémica en este último tiempo debido a la orden del Segundo Juzgado Civil de San Antonio de paralizar las obras tras el alegato de un empresario de la zona, ni siquiera se habló. La contundencia del tipo allende los andes fue espléndida y mi capacidad crítica y curiosa quedó en deuda.
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