viernes, 7 de diciembre de 2007

Campings: Descansando con el enemigo



Cuando Edith Cortés llegó junto a sus dos hijas a un centro de recreación de la región, jamás pensó que sería una de las experiencias más perturbadoras que tendría que pasar. El día soleado y el ambiente campestre evidenciaban un escenario perfecto para disfrutar en familia, aunque de un momento a otro, todo cambió.

Una vez instalados en las cabañas que disponía el lugar, procedieron a tenderse con sus toallas en el césped del camping, el que se asemejaba a un suave y verdoso terciopelo. Sin embargo, desde ese momento, la placidez de un día que se programó para ser perfecto, cambió radicalmente.

De primer momento, se dieron cuenta que no eran los únicos que podían disfrutar de las piscinas, comedores y juegos del sector, sino que había más grupos que atiborraban los estrechos pasillos y colapsaban las fuentes de baño.

Ello ya representó extrañeza para Edith, debido a que el contrato firmado por el curso de sus hijas, estipulaba un máximo de dos cursos por día arrendado. Esa vez había cerca de cinco.

PISCINAS

Entendiendo que habían cancelado una gran suma de dinero por el curso completo, los apoderados no quisieron hacerse problemas y evitaron reclamarle a la administración del lugar, para no echarles a perder el día a los niños y evitar entrar en disputas inoficiosas.

Eso sí, el panorama iba poco a poco acrecentando las dudas y poniéndose riesgoso para los propios alumnos.

Uno de los hechos que marcó la experiencia de Edith y de sus dos pequeñas hijas de 7 y 12 años fue cuando la menor de ellas se introdujo a la piscina del camping para refrescarse por el intenso calor que ya a mediodía azotaba la zona.

Edith, precavida como pocas, se extrañó por la escasez de salvavidas. Entendiendo el peligro que significa controlar a más de veinte menores en el agua, resultaba esencial contar con alguien preparado para asumir las labores de salvataje. En todo caso, no quiso darle una negativa a su hija, a pesar de sus aprensiones.

Para bien de los niños, no se produjo ningún accidente en la piscina, aunque de todas maneras la jornada de media tarde no tuvo ribetes de tranquilidad, debido a que gran parte de los pequeños que se había sumergido, al momento de salir, traían ensangrentadas las plantas de los pies.

De inmediato los apoderados asistieron con parches curitas y algodón a quienes presentaban, a primera vista, cortes. No obstante, y tras examinar detenidamente a cada uno de ellos, se dieron cuenta que había rastros de irritación, lo que ahondó las dudas.

¿A qué se atribuía esta situación? Con el correr de los minutos, los padres y apoderados elucubraron una teoría: el agua de la piscina presentaba una alta concentración de cloro, lo que produjo irritación en la piel.

Sin ser expertos en el tema, entendieron que la concentración principal de este componente químico se alojaba en el fondo, lo que al entrar en roce con los pies de los niños, lastimó sus extremidades.

Allí a Edith y al resto de los apoderados se les acabó la paciencia y durante el resto del día casi no se movieron de sus sillas, asumiendo que el lugar donde pretendían pasarlo bien, carecía de medidas mínimas de seguridad y comodidad para el grupo.

Los responsables del camping se deshicieron en explicaciones, pero ninguna los satisfizo, pues lo acordado con anterioridad jamás se cumplió: No contaban con salvavidas, había exceso de personas y no tenían equipo de primeros auxilios.
ALTA CONCURRENCIA
Entendiendo que estamos en época donde la mayoría de los establecimientos educacionales de la región y el país realiza sus actividades de cierre de año, los campings o centros vacacionales concentran la mayoría de los requerimientos por paseos de curso.

Es por ello que resulta vital establecer parámetros de resguardo de la integridad de quienes ocupen ese tipo de dependencias.

La seremi de Educación, Gladys Barraza, sentenció que la principal responsabilidad para evitar situaciones anómalas en los paseos de curso de fin de año, recaía en los propios centros educativos que deciden dónde ir y bajo qué condiciones. Después, la cadena continuaba con los padres y apoderados que deben velar dónde se quedarán sus hijos y cómo se comportarán.

“Nosotros vemos el tema de la normativa, en cómo se deben desarrollar estas actividades. Primero, los paseos escolares son actividades formativas de salidas a terreno y eso es lo que los padres deben tener claro cuando organizan su actividad de fin de año. Esto porque independiente de que puede ser muy atractivo que los niños puedan estar tirándose al agua en una piscina, también el colegio y los padres deben dar un sentido formativo y educativo”, aseguró la autoridad.

¿DE QUIÉN ES LA RESPONSABILIDAD?

Ante ello, surge la duda: ¿Están debidamente autorizados este tipo de salidas por los colegios o sólo nace por iniciativa particular de los padres y apoderados?

Según la normativa que establece el seguro escolar, éste se suspende si el estudiante no realiza sus estudios o su práctica profesional, como en el periodo de vacaciones. Por ello, resulta fundamental establecer si los paseos de curso son considerados como actividades vigentes dentro del periodo académico.

La seremi del ramo aseguró que “en nuestro calendario escolar se indica que los alumnos que participan en estos paseos de fin de año están protegidos por el seguro escolar, al que tienen derecho estudiantes de pre básica a cuarto medio”.

En todo caso, el hecho que una delegación estudiantil se remita al año académico no implica una vigencia absoluta del seguro, pues hay una serie de pasos que deben realizarse antes de concretar este tipo de actividades.

Una de ellas es ir con veinte días de anticipación a informar a la Secretaría Regional Ministerial de Educación o al Departamento Provincial para verificar el apoyo y respaldo del director del colegio. Las otras dos son la asistencia de por lo menos un docente y un apoderado responsable del apoyo al profesor.

Con ello también se envía un listado con todos los alumnos del curso, con sus rut y firmas de los padres donde autorizan a su hijo o hija para que vayan a un paseo a tal lugar, vehículo y horario. Y también tienen indicar los objetivos del paseo.

Asimismo, Barraza puso énfasis en la relevancia que concita el transporte que se utilizará para trasladar al grupo. “Si van a contratar locomoción deben enviar documentos como la revisión técnica del vehículo, el permiso de circulación, el seguro automotriz y licencia del chofer”.

CONSECUENCIAS

En caso que el establecimiento no cumpla con la norma y lleva a cabo de todos modos el paseo, las consecuencias pueden ser graves tanto para padres como para los alumnos, ya que si se produjera algún accidente, los apoderados deben tener muy claro que los niños no están protegidos.

“Entonces (los padres y apoderados) tienen que contar con la certeza que el colegio está autorizado para realizar la actividad, pues cumple con todos los requisitos tipificados en la norma”, señaló la seremi.

FISCALIZACIÓN

Una de las grandes prioridades que ha tenido el Ministerio de Salud durante las anteriores temporadas veraniegas es priorizar estrategias de seguridad, de modo de brindar un resguardo efectivo a la ciudadanía.

Entendiendo que los campings no quedan ajenos a las temáticas de fiscalización de normas sanitarias, la seremi de Salud, Anita Bonell, sentenció que dentro del Plan de Prevención y Promoción de un Verano Saludable, está contemplado este ítem.

Con respecto a la regulación vigente a la que se acoge la autoridad sanitaria, es el decreto 801 de 1983 del Ministerio de Salud, el que tipifica tres puntos fundamentales que deben tomarse en cuenta al momento de elegir un lugar de dispersión: que posea agua potable, análisis de piscina y alcantarillado.

“Dentro del reglamento hay un punto específico de las piscinas, de las que se evalúa su mantención, calidad, sistema de desinfección, nivel de cloro del agua, eliminación del líquido ocupado, tipo de baldosas o si tiene goma antideslizante para evitar resbalones”, indicó.

Agregó que durante la temporada estival se incrementa la visita de la entidad fiscalizadora a este tipo de recintos, de modo de brindar las mejores condiciones a quienes lleguen a pasar jornadas de relajo.

RECOMENDACIONES

Siempre cuando se proyecte desarrollar una jornada recreativa y de paseo con los niños, se hace imperioso visualizar todos los alcances posibles, ya que sólo de esa manera habrá una plataforma de seguridad que permitirá disfrutar plenamente de las bondades de la naturaleza, sin caer en riesgos innecesarios.

Es así como al momento de hacer las reservas, hay que asegurarse que el lugar escogido cuente efectivamente con lo que ofrecido, pues son derechos establecidos por la ley que rige a los consumidores.

En el punto “Acceder a una información veraz y oportuna” del sitio oficial del Servicio Nacional del Consumidor (SERNAC), sobre los bienes y servicios ofrecidos por el proveedor, estos deben dejar en claro su precio, condiciones de contratación y otras características relevantes de los mismos.

Es por ello que siempre la última decisión es de usted, por lo que debe hacer valer su criterio y sus derechos. Por ello las autoridades extienden recomendaciones que siempre conviene tener en cuenta.

“Los padres son los que deben cautelar que se cumplan con todas las disposiciones. Y los padres pueden no autorizar a su hijo a que vayan, con todo lo traumático que eso implica, pero si no les dan las garantías, mejor que se quede en casa”, dijo la seremi de Educación, Gladys Barraza.

A su vez, Anita Bonell, emplaza a las familias, cursos y personas en general a que sólo elijan aquellos centros que estén debidamente acreditados por la autoridad sanitaria, pues sólo esos pueden garantizarle que cumplen con la totalidad de las normas dispuestas.

“Ante la duda, deben acercarse a hacer su denuncia a las Oficinas de Salud Ambiental, que totalizan nueve en la región, para destinar a nuestro personal para que se dé cita en el lugar”, concluyó la autoridad de salud.

Tal como lo han dejado en claro los entendidos, una jornada de entretención óptima debe conjugar distensión con seguridad, pues ambos son elementos que se complementan y potencian.

Ahora que la temporada de camping está en su punto más alto, tome las recomendaciones y podrá decirle a sus cercanos con propiedad lo bien que lo pasaron y que le gustaría repetir la experiencia el próximo año.

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