lunes, 19 de mayo de 2008

El cambio climático: El enemigo silencioso del pisco


Regularmente cuando uno era pequeño y veía al papá o la mamá viendo la programación de trasnoche que la televisión abierta les presentaba, había un comercial que llamaba profundamente la atención: El de pisco.
Y es que más allá de comprender a qué se refería, era el entorno de presentación, la fotografía, la música, el montaje y la edición, lo que cautivaba a grandes y chicos, a pesar que jamás alguno de ellos hubiese probado un sorbo del destilado.
Era el magnetismo del Valle de Elqui, el que nos trasladaba a las calurosas mañanas de cosecha y donde un trago de agua era el pago perfecto por el sacrificio de estar de espalda al sol durante una jornada larga, muy larga.
Ver cómo el astro rey emergía detrás de una montaña gigantesca –ajena a la realidad de las zonas costeras- implicaba que algo estaba naciendo, que algo bueno se estaba presentando y que la fuente mágica del interior de la Región de Coquimbo recorría nuestro interior.
¿Por qué se nos presentaba siempre el Valle de Elqui? ¿Cuál era su simbolismo con el pisco? Para contestar esas preguntas, sólo basta echar un vistazo a los censos agrícolas y forestales que ha realizado el Ministerio de Agricultura durante los últimos años.
Particularmente en uno (Séptimo) queda de manifiesto cuál es el verdadero significado de esta región, la que aporta con nada menos que el 95% de las hectáreas de uva a nivel nacional que se destinan para la elaboración de pisco. En otras palabras de las 10.500 que existen a nivel nacional, 9.975 pertenecen a esta zona de Chile. Y es que en materia de presencia de uva, la región no tiene competidores.
“Acá se resiente la producción de uva y sentimos un fuerte remezón productivo”, aseguró el presidente de la Sociedad Agrícola del Norte (SAN), Eugenio Munizaga.
Por eso mismo, la disminución en las exportaciones que hubo esta temporada de la uva de mesa en Estados Unidos, marcó un magro precedente para la industria local.
“En Estados Unidos hubo un recorte de 11%, es decir, se dejaron de comercializar 46 millones de cajas. Mientras tanto, en los países de Latinoamérica la pérdida fue aún mayor, pues llegó a un 44%, o sea, 31 millones de cajas”, explicó Ema Budinich, gerenta de Estudios de la SNA. Sólo el mercado europeo arrojó saldo positivo, toda vez que se incrementó la cantidad en un 22% (43 millones de cajas).
Sin embargo, los agricultores están confiados en que se logre revertir esta situación y que durante el próximo año sea mucho más mayor la entrada en el mercado estadounidense –por lejos el mayor destino con 80 millones de cajas- y que se incrementen los retornos.
“En esta actividad también hay que ser optimistas y no podemos siempre tener un horizonte oscuro. Esperamos que esta temporada haya una mayor productividad, de la mano de las ayudas tecnológicas que se han implementado en los campos de esta región”, sostuvo Luis Schmidt, timonel de la SNA.

CAMBIO EN EL CLIMA
Durante la última década ha existido un severo recorte del agua lluvia que ha caído en la región. Si bien ningún investigador ha querido culpabilizar directamente al cambio climático, lo cierto es que algo está pasando, ya que hay que recordar que el 2007 se caracterizó por temperaturas muy bajas (heladas) y con casi con 5º Celsius menos de lo habitual, este 2008 atraviesa por una sequía que llegó en su minuto a amenazar el consumo humano.
De acuerdo a las estadísticas entregadas por el Centro Regional Intihuasi del Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA), el 2007 precipitó en Vicuña 17, 8 mm cuando su promedio era de 95.2 mm (81% de déficit). Algo similar ha ocurrido en La Serena donde sólo hubo lluvias en torno a los 32 mm, cuando se debió tener 81.8 mm (60% de merma) y en Ovalle donde el agua caída alcanzó los 41,7 mm y no los 103.3 mm promedio de años anteriores (60% menos).
A pesar de ello, el investigador del INIA, Leoncio Martínez, manifestó que “estamos mejor preparados que hace diez años, especialmente por la capacidad de almacenaje de los embalses (Santa Juana en Huasco y Puclaro en Elqui)”.
Pero la industria del pisco se ha preparado por su cuenta y para ello ha destinado una gran cantidad de dinero para enfrentar a este enemigo silencioso. Una de las estrategias utilizadas tiene que ver con la incorporación de riego tecnificado en sus predios.
De acuerdo al gerente de la Asociación de Productores Pisqueros, Fernando Herrera, la agroindustria se ha debido acostumbrar a convivir con esta falta de agua. “En esas condiciones se ha desarrollado el pisco, por lo que el productor sabe que éste es el clima y su realidad”.
Para ello, prosigue Herrera, se han implementado alta tecnología de riego que existe. “Si antes para regar se necesitaban 100 mil m3, ahora sólo se utilizan 5 mil m3. El sistema de riego tecnificado, permite paliar esas circunstancias de sequía eventuales que tenemos”, aseveró.

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