martes, 24 de marzo de 2009

Agricultores de Pan de Azúcar solicitan recalificar el proyecto Hipógeno


El calor que se siente a media tarde en Pan de Azúcar es la prueba irrefutable que la sensación térmica en el pulmón agrícola de Coquimbo crece como espuma. La tranquilidad de sus poco más de 7.500 habitantes se vio interrumpida hace dos años con la aprobación del proyecto Hipógeno de la minera Carmen de Andacollo y que permitirá extender en 21 años sus labores productivas.
Tal como ha ocurrido en Copiapó, donde la lucha por el agua se ha vuelto de supervivencia, la demanda hídrica de la compañía aumentará casi al doble las extracciones del acuífero, lo que incidirá en la calidad y conservación de ésta. No obstante para entender esta historia hay que remontarse al año 2006 cuando la filial de la canadiense Teck avizoró la posibilidad de explotar un cuerpo mineralizado primario o hipógeno, ubicado debajo de sus zonas de extracción.
Asumiendo que usaría procesos de rajo abierto, chancado, molienda, flotación y espesamiento para producir concentrado de cobre, el agua tendría un rol vital. Pero ¿de dónde la sacarían?
Fue allí como se adquirieron derechos en el río Elqui, ubicado a más de 60 kilómetros de distancia, generando un circuito de transferencia, cuyo punto de partida sería Quebrada de Talca. De acuerdo a la programación del Sistema de Calificación Ambiental, son 60 los días donde debe haber un diálogo y consulta ciudadana en el área de intervención. Sólo 40 vecinos participaron y ninguno se opuso.
Sin embargo y tras revisar nuevas opciones, la minera se dio cuenta de la factibilidad de extraer agua desde Pan de Azúcar.

ADENDA MILAGROSA
“Los ejecutivos de Carmen dijeron que económicamente no era rentable hacerlo por Quebrada de Talca y sí por Pan de Azúcar, porque significaba un ahorro mayor”, precisó Carlos Erler, gerente de Agrícola La Alpina y quien encabeza la oposición a que se saque agua del sector.
Y cierto dejo de razón tiene, porque a través de una adenda (observación) la comunidad quedó excluida del debate. Ante ello, los afectados exigieron mediante cartas al Ministerio del Medio Ambiente y la Corema la invalidez de la sanción. “Hemos solicitado que se deje nula la resolución 104 porque no participamos del dialogo social (...) Se aprovecharon del vacío de la ley”, señaló Erler, quien desea que se recalifique el proyecto Hipógeno.
Añadió que en caso de no fructificar esa acción llevarán el caso a los tribunales. “Si no hay respuestas de nuestras cartas empezaremos a judicializar el tema y nos movilizaremos para que nos escuchen”, sentenció.
Si bien en materia de Corema la polémica ya está zanjada, fuentes del Gobierno Regional dejaron entrever la preocupación del intendente Ricardo Cifuentes, quien se ha reunido en varias ocasiones con ejecutivos de Carmen, incluido su gerente general Pierino Venturini, para despejar dudas.

ESTUDIO REVELADOR
Tras uno de esos encuentros, se acordó la realización de un estudio que determinase las consecuencias. Fue la propia minera quien lo llevó a cabo y sus conclusiones fueron tajantes. “La compañía reconoce que causará daño, pero de todas formas siguen adelante”, criticó Erler.
Eso sí, no sólo quienes desarrollan labores agrícolas se han sentido menoscabados con la irrupción de la minera, sino que también la sanitaria Aguas del Valle, que abastece con este recurso a Andacollo, Guanaqueros y Tongoy. Su gerente general, Ricardo Lalanne, puso acento en el deterioro de la calidad del agua que ya presenta altas concentraciones de cloruros, sulfatos y carbonatos. “En la medida que se incrementen las extracciones, ese volumen aumentará”.
Uno de los pocos integrantes de la Corema que votó en contra de la iniciativa fue el seremi de Agricultura, Cristián Sáez. “Tengo grandes aprensiones de la sustentabilidad del proyecto en su materia hídrica. Se extraerá agua en el corto plazo y los propios informes avalan el impacto que tendrá”, acotó.
En todo caso, Sáez desea que la inversión de US$400 millones se materialice. “Este proyecto debe llevarse a cabo, pero sustentablemente para no perjudicar ningún centímetro de suelo agrícola ni el empleo que se provee a gente de Pan de Azúcar, Tierras Blancas e incluso Ovalle y La Serena”.

REUNIONES
Los directores regionales de la Dirección General de Aguas (DGA), Carlos Galleguillos, y de Conama, Marcelo Gamboa, analizarán la petición de modificación de los puntos de captación de agua hecha por minera Carmen, que concentrará sus siete pozos en un predio de Pan de Azúcar. Galleguillos indicó que éste era el único trámite pendiente. “Los cambios en los puntos de captación es lo único que resta, pues los derechos de aprovechamiento ya los tiene la empresa en aguas subterráneas en la ribera de río Elqui”.
En cuanto a los reparos de la comunidad de Pan de Azúcar, Galleguillos los descartó. “Esa la posición de los agricultores, pero la DGA debe adoptar medidas necesarias para no afectar los derechos de terceros”, aseguró.
Marcelo Gamboa fue claro al referirse a este conflicto y aclaró que no existen experiencias previas de recalificación. “No tenemos referencias de proyectos recalificados. El aprovechamiento y regularización están amparados en el Código de Aguas, por lo que es la DGA, la que debe decidir”, añadió.Se espera que en el segundo semestre comiencen los trabajos de bombeo de agua desde Pan de Azúcar. Hasta el cierre de esta edición no se recibió respuesta por parte de personeros oficiales de Carmen de Andacollo.

OPCIONES
Entre las alternativas de captación hídrica presentadas a la minera Carmen de Andacollo hay dos. Una de ellas es utilizar aguas del emisario, pero por costos, los ejecutivos la descartaron. Otra vía de sustentación puede ser la desalinización como lo hace minera Escondida en Antofagasta.

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