Una fría tarde de mayo, clima curioso para esa época del año en pleno valle del Limarí, se comenzaba a escribir una de las experiencias que más ha marcado a la actividad minera ovallina en los últimos años. Y es que la Asociación de Productores de la capital provincial es la segunda más antigua del país y una de las más eficientes.
Pero este logro no ha sido gratis, ya que por doce largas temporadas una mujer ha comandado a esta organización, permitiendo que se reconsidere a los pequeños mineros dentro del programa de colaboración, apoyo y desarrollo planteado por las autoridades.
Pero esta historia está directamente relacionada con el terremoto que sacudió a la comuna de Punitaqui la noche del 14 de octubre de 1997 y que costó 8 muertos por los 6,8º escala de Richter que se sintieron pasadas las 22 horas.
Tras este lamentable suceso natural, varios de los yacimientos emplazados en las comunidades aledañas, fueron severamente afectados por el movimiento de tierra. Muchos pirquineros vieron que el esfuerzo de años se iba a pique. A ello se sumaba el valor del metal rojo más bajo en décadas, pues su cotización no superaba los 0,6 centavos de dólar por libra.
Pero esta llovizna sobre piso mojado comenzó a mejorar, luego que se anunciara la entrega de US$10 millones para recuperar las faenas destruidas por el movimiento telúrico. Muchos de los 40 asociados creyeron que sus problemas se iban junto con los vestigios del sismo.
Pero no, faltaba mucho para que el panorama se recompusiera y asomaran leves atisbos de luz dentro de un túnel, tal como una mina subterránea recién explorada. Esto, porque el dinero ofrecido jamás llegaría y la desconfianza de los mineros hacia sus dirigentes fue total. Incluso hubo cartas que llegaron hasta la misma Sociedad Nacional de Minería (Sonami) para que tomara cartas en el asunto.
LA ASCENSIÓN DE LA REINA
La primera de ellas fue mandatar una auditoría de manera de que se transparentara la administración. La tarea fue encargada a Wilfredo Segura Pastén, contador auditor, quien junto a su hermana Stella concluyeron en un plazo de tres meses que había pérdida de documentos, dinero, bienes y material. La asominera de Ovalle hacía ascuas.
Ello implicó que la plana directiva de Sonami llegara a Ovalle para poner orden. Como Wilfredo Segura tenía compromisos fuera de la ciudad, le encargó a Stella que entregara el informe a los representantes de la entidad nacional. Debido al caos que imperaba, la molestia de los operarios y un precio que ya no sostenía los costos de producción, el representante de Sonami, Patricio Céspedes, le pidió a Stella Segura que se hiciera cargo del buque, pensando que debido al buen trabajo hecho por ambos, estaba imbuida de las labores de extracción de metales.
Pero esta administradora de empresas era muy poco lo que sabía. Honesta como siempre y directa como pocos, dijo que no se sentía preparada para tomar el desafío, ya que el único referente minero era el que le inculcaron sus padres cuando desarrollaban labores en las salitreras del Norte Grande hacía seis décadas. “Yo hablaba de hoyos, pues no entendía el idioma minero”, recuerda hoy.
Pero fue un hecho particular la que la hizo considerar la propuesta de Sonami, ya que por el trabajo de su esposo -que vendía patentes de propiedades mineras- se dio cuenta de lo cruel que puede llegar a ser el mercado para los capitales menores. “No se veían los retornos por esa plata gastada. Un día decidí ir a una reunión y veo una gente muy desvalida que no era tratada bien (…) Había que hacer algo”, manifiesta.
Profesional hasta para hacer favores, entre los requisitos que dispuso para asumir esa responsabilidad fue contar con dependencias adecuadas, un computador, una secretaria y un archivador para ordenar. Sonami respondió y le aseguró que su periodo sería sólo de transición hasta mayo del 1998 cuando se celebraran nuevas elecciones.
CON LA PALA Y EL SOMBRERO
Si bien su carácter decidido y luchador la instó a llegar a un trabajo, por lo general machista, poco a poco los mineros entendieron que esta incansable mujer tenías las herramientas para impulsar la actividad en Ovalle y el resto de la provincia.
“Costó muchísimo, me dediqué a recorrer en terreno la mina (Panulcillo) y otros yacimientos de la región, en primera instancia para aprender y segundo para recobrar la confianza de un gremio que estaba dolido y abrumado”, sentencia.
Ese trabajo cercano le permitió presentarse como postulante oficial al cargo de presidenta de la Asociación de Productores, desde donde fue elegida por unanimidad, aspecto que se repetiría en cada una de los comicios que ha participado. Por algo será.
Tras ser ratificada, no quiso ser menos y se abocó a interiorizarse en la minería.
Fueron meses de constantes viajes hasta la Universidad de La Serena donde conoció los aspectos básicos de la actividad. Pero quería aprender más y para ello, no dudó en inscribirse en el curso de seguridad minera dictado por el Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomin). Desde allí salió con la especialidad de rescate, el que complementó posteriormente con el de geología y tronadura.
CONCIENCIA SOCIAL
Una de las principales motivaciones que llevó a Stella Segura a ser parte de un mundo desconocido fueron las severas carencias que observó en cada uno de sus recorridos. Operarios que apenas tenían para comer, hijos sin educación, familias desmembradas y una desesperanza marcada en la frente sudorosa de cada pirquinero que miró a los ojos, le calaron muy hondo. Tenía cuatro años al frente de la asominera y ya sentía ese dolor como propio. “Cuando una es gremialista, olvida a su familia, pero tiene la satisfacción de apoyar al más desposeído”, sentencia.
Luchadora e impulsiva como siempre, llegó a tocar la puerta del ministro del Interior de esa época, José Miguel Insulza, a quien sin rodeos le exigió solucionar el drama de aquellos mineros que no tenían dinero para pagar sus patentes. “Se logró con el Decreto Supremo 19.716 que los pirquineros pagaran un diez milésimo de UTM por una propiedad que no excediera de las 10 hectáreas”, precisa.
Junto con ello logró que el Gobierno Regional de esos años dispusiera de pensiones de gracia para pirquineros que se encontraban delicados de salud, así como también insertó a 30 mineros en el programa de generación de empleo y alimento de faenas. “Fue una muy buena negociación que hicimos con el entonces alcalde de Ovalle, Alberto Gallardo, y el seremi de Minería Raúl Cantuarias Chazarro”.
EL MOMENTO MÁS DOLOROSO
Si bien dentro de su docena de temporadas al frente de la actividad ha pasado por momentos altos y bajos, este 2008 ha sido un año de contrastes. Y es que en julio no cabía en sí, luego que el cobre marcara su máximo histórico al superar los US$4 por temporada. No obstante, los efectos de la crisis mundial llevaron al mismo metal a caer por debajo de los US$2 cuatro meses después. Hoy ya se cotiza cerca de los US$1,5 por libra.
Esto la ha llevado a encabezar las demandas del gremio en distintas mesas. Eso hasta el lunes pasado cuando junto a sus mineros bloqueó la ruta de ingreso a la mina Panulcillo, lo que significó la entrada en acción de las Fuerzas Especiales de Carabineros. Junto a otros cinco mineros fue detenida y golpeada al interior del bus policial. “Fue una emboscada cobarde del Ministerio del Interior, pues este nivel de represión la viví en otras épocas cuando era una adolescente. No me ha llamado nadie, el gobernador (Iván Hernández) sólo me ofrece apoyo, ni un llamado del intendente o disculpas de un ministro. Veo un país soberbio y ambicioso de poder, especialmente la política donde existen intereses personales”, reflexiona en cama desde su casa por las lesiones provocadas por personal policial.
De su voz tibia y apenada se nota que el dolor, lejos de instalarse en su cuerpo, se mantendrá presente para siempre en su alma. En medio de las negociaciones de Enami con Sonami en Santiago, reunión de la que se restó por estricta recomendación médica, plantea su futuro. “Seguir para mí es incierto, ya que no somos una entidad que persigue el lucro, sino que somos el nexo con la autoridad para ayudar al sector. Estoy dolida”, reflexiona con la voz entrecortada, aunque ya pensando en la próxima asamblea donde les comunicará a sus asociados el “triunfo” logrado en la capital.
ALZANDO LA VOZ
“El llamado a nuestros mineros es a que no se expongan, porque una vida no se recupera” (4 de noviembre 2008).
“Esta baja del cobre nos complica por el problema social y familiar que se generará, ya que no hemos visto una reacción oportuna por parte de las autoridades” (31 de octubre 2008).
“El sobrestock se ve reflejado en las varias horas que deben esperar los camiones, porque la planta no da abasto. Y esos costos extras se los endosan a los productores” (26 de junio 2008).
“Hay más de 600 personas ejecutando obras de la planta SX, por lo que resulta significativo el compromiso de la empresa pública” (23 de septiembre 2008).
“La capacitación debe ser aprovechada por los productores, ya que se hace necesario pasar de la mina al negocio minero” (23 de junio 2008).
“El seremi (Antonio Videka) resuelve y toma decisiones sin consultarnos, nos sentimos pasados a llevar” (25 de mayo 2008).
“No estamos diciendo que no se apoye con el royalty a la agricultura, pero nos gustaría que se potenciara la innovación y la transferencia tecnológica para la minería” (31 de enero 2008).
“Creo que la implementación de Delta no puede esperar más, ya que a veces para descargar un camión pasaban varios días. Ello, sumado a una planta obsoleta como Panulcillo, no nos hace ver con mucho optimismo las decisiones de las autoridades” (13 de enero 2008).
Pero este logro no ha sido gratis, ya que por doce largas temporadas una mujer ha comandado a esta organización, permitiendo que se reconsidere a los pequeños mineros dentro del programa de colaboración, apoyo y desarrollo planteado por las autoridades.
Pero esta historia está directamente relacionada con el terremoto que sacudió a la comuna de Punitaqui la noche del 14 de octubre de 1997 y que costó 8 muertos por los 6,8º escala de Richter que se sintieron pasadas las 22 horas.
Tras este lamentable suceso natural, varios de los yacimientos emplazados en las comunidades aledañas, fueron severamente afectados por el movimiento de tierra. Muchos pirquineros vieron que el esfuerzo de años se iba a pique. A ello se sumaba el valor del metal rojo más bajo en décadas, pues su cotización no superaba los 0,6 centavos de dólar por libra.
Pero esta llovizna sobre piso mojado comenzó a mejorar, luego que se anunciara la entrega de US$10 millones para recuperar las faenas destruidas por el movimiento telúrico. Muchos de los 40 asociados creyeron que sus problemas se iban junto con los vestigios del sismo.
Pero no, faltaba mucho para que el panorama se recompusiera y asomaran leves atisbos de luz dentro de un túnel, tal como una mina subterránea recién explorada. Esto, porque el dinero ofrecido jamás llegaría y la desconfianza de los mineros hacia sus dirigentes fue total. Incluso hubo cartas que llegaron hasta la misma Sociedad Nacional de Minería (Sonami) para que tomara cartas en el asunto.
LA ASCENSIÓN DE LA REINA
La primera de ellas fue mandatar una auditoría de manera de que se transparentara la administración. La tarea fue encargada a Wilfredo Segura Pastén, contador auditor, quien junto a su hermana Stella concluyeron en un plazo de tres meses que había pérdida de documentos, dinero, bienes y material. La asominera de Ovalle hacía ascuas.
Ello implicó que la plana directiva de Sonami llegara a Ovalle para poner orden. Como Wilfredo Segura tenía compromisos fuera de la ciudad, le encargó a Stella que entregara el informe a los representantes de la entidad nacional. Debido al caos que imperaba, la molestia de los operarios y un precio que ya no sostenía los costos de producción, el representante de Sonami, Patricio Céspedes, le pidió a Stella Segura que se hiciera cargo del buque, pensando que debido al buen trabajo hecho por ambos, estaba imbuida de las labores de extracción de metales.
Pero esta administradora de empresas era muy poco lo que sabía. Honesta como siempre y directa como pocos, dijo que no se sentía preparada para tomar el desafío, ya que el único referente minero era el que le inculcaron sus padres cuando desarrollaban labores en las salitreras del Norte Grande hacía seis décadas. “Yo hablaba de hoyos, pues no entendía el idioma minero”, recuerda hoy.
Pero fue un hecho particular la que la hizo considerar la propuesta de Sonami, ya que por el trabajo de su esposo -que vendía patentes de propiedades mineras- se dio cuenta de lo cruel que puede llegar a ser el mercado para los capitales menores. “No se veían los retornos por esa plata gastada. Un día decidí ir a una reunión y veo una gente muy desvalida que no era tratada bien (…) Había que hacer algo”, manifiesta.
Profesional hasta para hacer favores, entre los requisitos que dispuso para asumir esa responsabilidad fue contar con dependencias adecuadas, un computador, una secretaria y un archivador para ordenar. Sonami respondió y le aseguró que su periodo sería sólo de transición hasta mayo del 1998 cuando se celebraran nuevas elecciones.
CON LA PALA Y EL SOMBRERO
Si bien su carácter decidido y luchador la instó a llegar a un trabajo, por lo general machista, poco a poco los mineros entendieron que esta incansable mujer tenías las herramientas para impulsar la actividad en Ovalle y el resto de la provincia.
“Costó muchísimo, me dediqué a recorrer en terreno la mina (Panulcillo) y otros yacimientos de la región, en primera instancia para aprender y segundo para recobrar la confianza de un gremio que estaba dolido y abrumado”, sentencia.
Ese trabajo cercano le permitió presentarse como postulante oficial al cargo de presidenta de la Asociación de Productores, desde donde fue elegida por unanimidad, aspecto que se repetiría en cada una de los comicios que ha participado. Por algo será.
Tras ser ratificada, no quiso ser menos y se abocó a interiorizarse en la minería.
Fueron meses de constantes viajes hasta la Universidad de La Serena donde conoció los aspectos básicos de la actividad. Pero quería aprender más y para ello, no dudó en inscribirse en el curso de seguridad minera dictado por el Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomin). Desde allí salió con la especialidad de rescate, el que complementó posteriormente con el de geología y tronadura.
CONCIENCIA SOCIAL
Una de las principales motivaciones que llevó a Stella Segura a ser parte de un mundo desconocido fueron las severas carencias que observó en cada uno de sus recorridos. Operarios que apenas tenían para comer, hijos sin educación, familias desmembradas y una desesperanza marcada en la frente sudorosa de cada pirquinero que miró a los ojos, le calaron muy hondo. Tenía cuatro años al frente de la asominera y ya sentía ese dolor como propio. “Cuando una es gremialista, olvida a su familia, pero tiene la satisfacción de apoyar al más desposeído”, sentencia.
Luchadora e impulsiva como siempre, llegó a tocar la puerta del ministro del Interior de esa época, José Miguel Insulza, a quien sin rodeos le exigió solucionar el drama de aquellos mineros que no tenían dinero para pagar sus patentes. “Se logró con el Decreto Supremo 19.716 que los pirquineros pagaran un diez milésimo de UTM por una propiedad que no excediera de las 10 hectáreas”, precisa.
Junto con ello logró que el Gobierno Regional de esos años dispusiera de pensiones de gracia para pirquineros que se encontraban delicados de salud, así como también insertó a 30 mineros en el programa de generación de empleo y alimento de faenas. “Fue una muy buena negociación que hicimos con el entonces alcalde de Ovalle, Alberto Gallardo, y el seremi de Minería Raúl Cantuarias Chazarro”.
EL MOMENTO MÁS DOLOROSO
Si bien dentro de su docena de temporadas al frente de la actividad ha pasado por momentos altos y bajos, este 2008 ha sido un año de contrastes. Y es que en julio no cabía en sí, luego que el cobre marcara su máximo histórico al superar los US$4 por temporada. No obstante, los efectos de la crisis mundial llevaron al mismo metal a caer por debajo de los US$2 cuatro meses después. Hoy ya se cotiza cerca de los US$1,5 por libra.
Esto la ha llevado a encabezar las demandas del gremio en distintas mesas. Eso hasta el lunes pasado cuando junto a sus mineros bloqueó la ruta de ingreso a la mina Panulcillo, lo que significó la entrada en acción de las Fuerzas Especiales de Carabineros. Junto a otros cinco mineros fue detenida y golpeada al interior del bus policial. “Fue una emboscada cobarde del Ministerio del Interior, pues este nivel de represión la viví en otras épocas cuando era una adolescente. No me ha llamado nadie, el gobernador (Iván Hernández) sólo me ofrece apoyo, ni un llamado del intendente o disculpas de un ministro. Veo un país soberbio y ambicioso de poder, especialmente la política donde existen intereses personales”, reflexiona en cama desde su casa por las lesiones provocadas por personal policial.
De su voz tibia y apenada se nota que el dolor, lejos de instalarse en su cuerpo, se mantendrá presente para siempre en su alma. En medio de las negociaciones de Enami con Sonami en Santiago, reunión de la que se restó por estricta recomendación médica, plantea su futuro. “Seguir para mí es incierto, ya que no somos una entidad que persigue el lucro, sino que somos el nexo con la autoridad para ayudar al sector. Estoy dolida”, reflexiona con la voz entrecortada, aunque ya pensando en la próxima asamblea donde les comunicará a sus asociados el “triunfo” logrado en la capital.
ALZANDO LA VOZ
“El llamado a nuestros mineros es a que no se expongan, porque una vida no se recupera” (4 de noviembre 2008).
“Esta baja del cobre nos complica por el problema social y familiar que se generará, ya que no hemos visto una reacción oportuna por parte de las autoridades” (31 de octubre 2008).
“El sobrestock se ve reflejado en las varias horas que deben esperar los camiones, porque la planta no da abasto. Y esos costos extras se los endosan a los productores” (26 de junio 2008).
“Hay más de 600 personas ejecutando obras de la planta SX, por lo que resulta significativo el compromiso de la empresa pública” (23 de septiembre 2008).
“La capacitación debe ser aprovechada por los productores, ya que se hace necesario pasar de la mina al negocio minero” (23 de junio 2008).
“El seremi (Antonio Videka) resuelve y toma decisiones sin consultarnos, nos sentimos pasados a llevar” (25 de mayo 2008).
“No estamos diciendo que no se apoye con el royalty a la agricultura, pero nos gustaría que se potenciara la innovación y la transferencia tecnológica para la minería” (31 de enero 2008).
“Creo que la implementación de Delta no puede esperar más, ya que a veces para descargar un camión pasaban varios días. Ello, sumado a una planta obsoleta como Panulcillo, no nos hace ver con mucho optimismo las decisiones de las autoridades” (13 de enero 2008).
No hay comentarios:
Publicar un comentario