
Con el paso de los siglos el arte de matar se fue perfeccionando siendo el principal escollo para la policía la gran sofisticación que poseían los criminales y la desfachatez con la que actuaban cada vez que ponían entre ceja y ceja a una potencial víctima.
Pero una de las primeras aseveraciones que se debe hacer es diferenciar entre asesinos en serie y asesinos en masa, pues aunque suenen literalmente parecidos, tienes marcadas diferencias entre uno y otro.
Asesinos en serie (serial killers)
En esta categoría se acumulan quizás los más emblemáticos criminales que haya conocido la historia moderna. Ejemplos contemporáneos como Ed Gein, Ted Bundy o Andrei Chikatilo quienes premunidos de una indolencia única y una salvaje intención de matar cobraron vidas inocentes.
Así también hay clásicos como Madame Elizabeth Bathory, Jack El Destripador o el Petiso Orejudo, cuyos nombres hasta el día de hoy generan un halo de violencia y devoción, han inspirado filmes dedicados a su legado sangriento que aún son posibles ver en los clubes de video.
Pero ¿qué es lo que caracteriza a los asesinos en serie? Según los estudios realizados por psicólogos y psiquiatras uno de los factores a tomar en cuenta es su inalterable estado al momento de infundir violencia a otras personas, animales o cosas que ellos mismos consideran inferiores.
Tal es el caso de Ed Kemper, apodado “El Gigante Asesino” por sus más de 2 metros de altura y 135 kilos, quien por muchos años estranguló, destrozó y enterró vivos a sus mascotas, las que solía encontrar en California, donde residía. Ya a los 13 años había matado a machetazos a dos gatos de la familia, dejando en el armario los restos para ocultarlos de su severa madre, a quien no tuvo empacho de asesinar años más tarde.
Por lo general los rasgos comunes que se encuentran en los asesinos en serie permiten elaborar un diagnóstico certero: fríos, calculadores, perturbados por experiencias desoladoras cuando pequeños, negación de haber cometidos los hechos, actuación solitaria en los sucesos y ubicación de víctimas selectivas.
Asesinos en masa (mass murderers)
En este tópico encontramos por lo general a personas jóvenes de género masculino, quienes premunidos de un abundante arsenal de armas, dispara sin un objetivo claro. Casi siempre estos individuos poseen un carácter solitario y poco sociable, otra diferencia con los asesinos en serie quienes son siempre personas afables, tranquilas y modelos a seguir hasta que son descubiertos.
Tal ha sido el crecimiento de los asesinos en masa que durante el último tiempo nos hemos enterado de la existencia de muchos de ellos. A modo de ejemplo, Cho Seung-Hui, el estudiante surcoreano que el 16 de abril del 2007 dio muerte a 32 alumnos de la prestigiosa Universidad de Virginia Tech y quien luego se suicidó.
De acuerdo a los testimonios reunidos por la policía, el estudiante de último año de filología inglesa era sumamente solitario y callado, llegando al extremo de estar siempre solo y no responder al saludo de quienes lo conocían.
Las estadísticas hablan de que el 95 por ciento de los asesinos en masa son hombres que tienden a ser individuos solitarios que se sienten alienados y que, pese a su apariencia normal, experimentan un gran resentimiento.
Por su parte Katherine Ramsland, una de las más reconocidas expertas y estudiosas de los mass murderers, dijo que Cho Seung-Hui tenía un gran rencor por alguien o algo, una herida o frustración por la que alguien tenía que pagar y quería además que esa retribución fuera dramática.
Dentro de esta clasificación también entran Eric Harris y Dylan Klebold, quienes perpetraron el 20 de abril de 1999 la masacre del Instituto Columbine en Denver, Colorado. Allí doce alumnos y un profesor perdieron la vida, además de los atacantes.
El perfil que mejor identifica a los asesinos en masa son resentimientos por sucesos que los marcaron desde pequeños, a veces no saben con exactitud el acto que van a realizar, se arrepienten de sus acciones y por eso se suicidan, le avisan a un tercero antes de cometer su acto en forma de última confesión.
Estímulos que matan
La primera de ellas es precisamente la sociológica, ya que vivir en condiciones de pobreza, discriminación y sin expectativas genera un entorno propicio para gatillar un resentimiento que se materializará más tarde como acto violento.
Es ese factor social el que determina fuertemente el segundo y que es el psicológico, pues no es habitual que todos aquellos que pasaron por estados de zozobras y carencias llegue a ultimar a una persona o a ensañarse con ella por haber sido postergado por la sociedad.
Es necesario que exista un gen que transmita esas sensaciones adrenalínicas y potencie el complejo de caracterización violenta extrema.
Quizás, el tercer elemento sea el menos analizado por los expertos, pero que desde ya despierta muchas conjeturas: el medial. A éste nos referimos a los estímulos audiovisuales, auditivos y escritos que pudieran llevar a dar muerte a alguien y a gozar con la sangre fría que los caracteriza.
Fue así como Cristián Tiznado Luna, el principal sospechoso de dar violar y dar muerte a Evelyn Sandoval Bassaure el pasado 21 de julio en la comuna de Algarrobo, se habría involucrado tanto en la trama de la serie nocturna de Televisión Nacional “Alguien Te Mira”, que trata precisamente de un asesino en serie, que no habría tenido empacho en asesinar a la mujer para aplacar las ganas convertir en una realidad esa historia ficticia.
Por tanto es tarea de los especialistas adelantarse a los hechos y a mermar el estallido de esa sensación macabra de quitar la vida sin reparos ni arrepentimientos a otros individuos de esta sociedad.