jueves, 30 de julio de 2009

Las cenizas que se puede llevar el viento




A principios del noviembre del año pasado, el ambiente ya se notaba enrarecido en La Serena. Y no era que hubiese habido un acuerdo ciudadano espontáneo para manifestar el más acérrimo rechazo a la instalación de termoeléctricas en la vecina comuna de La Higuera. Muy por el contrario, hacía más de seis meses que órganos vivos de esa empobrecida localidad se habían armado de valor y luchado contra los grandes capitales privados y públicos. Pero esta vez era distinto, porque se llegaba hasta las barbas de la Comisión Regional de Medio Ambiente (Corema), instancia que calificaría el primer proyecto de central de carbón en la zona: Farellones de Codelco.
Pero no sólo venían ataviados con pancartas, megáfonos y silbatos, sino que con informes de organismos técnicos como el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG), la Corporación Nacional Forestal (CONAF) y de la propia Seremía de Agricultura, las que cerraron su recopilación de antecedentes muy disconformes.
Sólo una carta remitida por Álvaro Vilaplana, gerente del proyecto, acalló los gritos con consignas de “Nunca nos rendiremos” o “No queremos la muerte de nuestros hijos, animales y plantas”. En ella la empresa desistió de la iniciativa, desatando la algarabía en las más de mil personas que se dieron cita en el edificio de calle Prat.
De allí la historia de las termoeléctricas en la Región de Coquimbo entraba a un nuevo escenario, donde el empoderamiento de los movimientos sociales se había hecho escuchar y por primera vez un grupo de pescadores le había ganado a la adversidad.

SEGUIDORES DE EOLO
Paralelamente a la presentación de iniciativas de centrales de carbón, la región ya había abierto sus puertas a energías más limpias. Fue de la mano de la transnacional española Endesa Eco, la que desembolsó US$17 millones para instalar el primer parque eólico de Chile en la pequeña comuna de Canela, ubicada a 292 kilómetros al norte de Santiago. Tan importante fue esta apuesta para diversificar la matriz energética que la misma presidenta Michelle Bachelet llegó en diciembre de 2007 a inaugurar las dependencias que inyectaron 10 megavatios al Sistema Interconectado Central (SIC), aunque hoy aporta con 69 Mw, luego de una ampliación de US$168 millones.
Así le han seguido otras cinco iniciativas que a mediados del 2010 entregarán casi 800 Mw al SIC, o sea, el 44% de la meta que se planteó el Gobierno para el 2010 y que tiene que ver con que el 15% de toda la demanda energética (1.800 Mw) del país sea cubierta con fuentes renovables.
Y eso que no hemos hecho mención a los otros cinco proyectos eólicos que aún se encuentran en evaluación por el Sistema de Impacto Ambiental y que complementarán con más de 200 megavatios los 1.070 Mw de las 11 propuestas que desde el 2006 se vienen instalando en la zona y que significarán un desembolso de US$2.280 millones. Tampoco a lo que se pueda hacer en geotermina (Baños del Toro en Vicuña), solar (valles interiores) o mareomotriz (áreas costeras).
“Estamos en una zona privilegiada donde tenemos condiciones naturales que nos hacen ser focos de inversión”, señaló el seremi de Minería y Energía, Antonio Videka.
En tanto, el seremi de Economía, Jorge Garrido, establece que el mayor aporte de estas cualidades topográficas y climáticas “logrará no sólo aportar con energía y romper la dependencia, sino que diversificar nuestra matriz”.

ESA SUCIA EFICIENCIA
Como si fuera poco, no sólo las miradas verdes se agolpan a los 40.580 mil km2 que posee la Región de Coquimbo, sino que también de otro tipo. Esto porque no sólo intentó Farellones instalarse en Totoralillo Norte, sino que también el consorcio franco-belga GDF Suez y el grupo nacional CAP, han jugado sus fichas en la última comuna de la zona antes de entrar a la Región de Atacama.
Suez, por ejemplo, es la que va más avanzada, ya que se espera que antes de fin de año llegue hasta el pleno de la Corema para ser calificada. “Hemos cumplido cada uno de los pasos, así es que no tenemos por qué tener temor (…) Las cosas se han hecho bien, porque hemos seguido las recomendaciones de las autoridades”, indicó el gerente del proyecto Barrancones, Alejandro Lorenzini.
Más cautelosos han sido en CAP, matriz de la Compañía Minera del Pacífico y Huachipato, ya que si bien ingresaron Cruz Grande al sistema, poco se sabe de respuesta a adendas y participación ciudadana.
“Lo que nos interesa como región es que estas inversiones no se fuguen a otras partes del país, porque se pierde empleo, nuevas tecnologías, desarrollo y competitividad”, aseveró el presidente de la Corporación Industrial para el Desarrollo de la Región de Coquimbo (Cidere), Daniel Mas Valdés.
Sin embargo, más allá de las plegarias del empresariado, son los números los que mejor cuadran al momento de evaluar un proyecto de carbón. Esto, porque si ponemos sobre la mesa la eficiencia, a todas luces hay un perdedor. Y en este caso son las centrales eólicas.
“Son poco constantes y no son capaces de mantener un sistema regular de energía”, sentenció Álvaro Vilaplana de Farellones, quien cuestionó la efectividad poniendo un ejemplo cotidiano. “Me gustaría ver a aquellas dueñas de casa que miran televisión a las tres de la tarde, cuando su aparato se les apague porque los molinos no fueron capaces de surtir la energía necesaria”, acusó
El ejecutivo no deja de tener razón, pues sólo Farellones –que se fue con camas y petacas a la Región de Valparaíso donde fue aprobado en tiempo récord por la Corema local- inyectaría 1.200 megavatios, es decir, más que 1.070 Mw que aportarán los 11 proyectos eólicos de la región.

ESAS CENIZAS QUEMAN
Pero más allá de esa alta efectividad, los detractores de las energías sucias en base a combustibles fósiles, aclaran que los efectos en el medio ambiente son letales. Carlos Gaymer, biólogo marino de la Universidad Católica del Norte, ha estudiado por años la biodiversidad marina y se ha dado cuenta que cualquier cambio impactará en ella. “Habrá un sistema de succión que recogerá cientos de toneladas de agua marina, la que luego será calentada y utilizada en el proceso. Para después lanzarla nuevamente a las costas con una temperatura entre 5 y 6 grados Celsius mayor. ¿Creen entonces que no pasará nada?”, escudriñó.
El Gobierno, impaciente por estos cuestionamientos a través de la Comisión Nacional de Energía (CNE) encargó a la Universidad Católica del Norte un estudio para que midiera los efectos. Los antecedentes demoraron casi seis meses en estar listos.
Pero una vez que se conocieron, fue el propio decano de la Facultad de Ciencias del Mar de dicha casa de estudios, Julio Vásquez, quien los comentó. “No podemos asegurar que no se produzca una incidencia en las diferentes especies, pero tampoco podemos juzgar a priori”, manifestó ambiguo.
Jan van Dijk, secretario del Movimiento de Defensa del Medio Ambiente de La Higuera, tiene otra percepción, pues durante años ha convivido con las aguas de Chungungo, Punta de Choros y Los Choros. “A menos de 15 kilómetros donde se van a instalar las termoeléctricas existe la Reserva de Pingüinos de Humboldt que es única en el mundo, así es que esperamos que no lleguen porque van a acabar con un patrimonio de la humanidad”.
Otro punto son las escorias del carbón que se supone emiten los procesos termoeléctricos. Para el presidente de la Asociación Latinoamericana de Botánica y académico de la Universidad de La Serena, Francisco Squeo, basta con que dos de estas centrales entren en funcionamiento para acabar con miles de pequeñas especies que no soportarán esa contaminación. “Los efectos que se causarán serán muy complejos, ya que ese sector se caracteriza por una amplia vegetación acostumbrada a un contacto directo con el sol y el aire, pero si las cenizas intervienen, no sólo sabemos que van a morir, sino que se desencadenarán consecuencias en el resto de la flora”, anticipó.
Como sea, este 2009 será la hora de la verdad. Mientras el lunes 27 de julio pasado se aprobó el séptimo parque eólico para la región, las termoeléctricas aún no pueden avanzar y están jugando al límite de los tiempos dispuestos por la Corema. Lo cierto es que el futuro es incierto y sólo Suez se ve encaminado, pese a las amenazas de llevar este conflicto a los máximos organismos judiciales. Sólo el tiempo dirá cómo se resuelve este entuerto, aunque –ojalá- no sea demasiado tarde para la generación de energía ni tampoco para la sobrevivencia animal y vegetal.

DE ATRÁS PICAN LOS ÁTOMOS
Cuando en las portadas de diferentes medios escritos y avances televisivos regionales los mayores reparos se hacían a las termoeléctricas, un estudio del Colegio de Ingenieros, sacó bastantes ronchas. Eso sí a quienes le pusieron atención. Esto, porque de acuerdo a su proyección al 2050 Chile debería contar con cinco plantas nucleares, estando una de ellas ubicadas en las tranquilas y productivas aguas de Tongoy. Bastó esa propuesta para que las luces de alarma se encendieran. Los alcaldes de Coquimbo y Los Vilos rechazaron la instalación aduciendo un impacto severo en la calidad de vida. “No toleraremos que se vulnere nuestra calidad de vida”, señaló el jefe comunal de Coquimbo, Óscar Pereira, en tanto que Juan Jorquera de Los Vilos señaló que “es impresentable que ese tipo de energía llegue a las costas de la región, pues se pondría en peligro muchas vidas”. Una visión más mesurada posee el economista de la Universidad Católica del Norte, Sergio Zúñiga, quien cree que toda la zona costera tiene las condiciones para una iniciativa de esta magnitud. “La Higuera reúne muy buenos antecedentes y no se puede descartar, al igual que Tongoy. Acá estamos jugando con seguir creciendo o quedarnos estancados”, expresó. Pese a que esta discusión se está haciendo a varios años de producirse una idea concreta, bien vale la pena hacer saber que hoy en día nuestro país no necesita esa fuente, porque la capacidad de sólo una de estas centrales serviría para abastecer toda la demanda industrial, habitacional y social. Pero en algunos años más cuando crezca la población y aumente la capacidad productiva más que una discusión futurista y majadera, será una necesidad a enfrentar.

martes, 28 de julio de 2009

Carrera contra el tiempo


En diciembre del 2003 la Fundación Mundial para la Protección de la Vida Silvestre (WWF por sus siglas en inglés) lanzó la primera voz de alerta: “A menos que los gobiernos tomen acciones urgentes para prevenir el calentamiento mundial, miles de millones de personas en todo el mundo podrían enfrentar severos desabastecimientos de agua como resultado de un alarmante ritmo de derretimiento de los glaciares”, apuntaba en una declaración casi sacada desde los pasajes apocalípticos de la Biblia.
Pero lamentablemente esta apreciación está lejos de pertenecer a una creencia espiritual, ya que son incontables los estudios científicos que alertan sobre el incremento de la temperatura de la atmósfera, lo que ha provocado que cientos de kilómetros cuadrados de hielo sucumban cada año y vayan a dar hacia las zonas costeras.
Y este escenario está tocando no sólo los tradicionales puntos ubicados en los polos, sino que se ha trasladado hasta los trópicos y también a nuestro máximo reservorio, la cordillera de Los Andes, que durante las últimas décadas ha sido especialmente golpeada por exploraciones mineras e industriales que han mermado su capacidad de conservación.
Para ejemplificar el real estado en que se encuentra el mundo, sólo basta con apuntar que si en los próximos años la temperatura promedio aumenta en 4º Celsius, la mitad de las masas de hielo del planeta se derretirán provocando un alza del volumen de agua en muchos lugares y amenazando con “hundir” muchas islas del sudeste asiático.
En virtud de estos informes decidores. ¿Qué está haciendo la comunidad científica? ¿Serán capaces de detener el avance del cambio climático? ¿Podremos vivir sin los glaciares? Todas esas preguntas tienen respuestas muy ambiguas y poco claras. Mientras unos dicen que los avances tecnológicos nos permitirán solventar la falta de agua dulce a través de la desalinización. Otros simplemente creen que se pasará a otra era de la historia, sin saber si será buena o mala, sino que sólo distinta.

UN ATRASO QUE PREOCUPA
Con el correr de los años, ciertas zonas del orbe se han transformado en el fetiche para miles de estudiosos, quienes han querido seguir de cerca cómo se comporta la naturaleza. Una de ellas ha sido Sudamérica, donde Chile, Argentina y Perú conforman el “Triángulo de las Bermudas”.
Eso bien lo sabe el catedrático de la Universidad de Ohio State, Bryan Mark, quien durante la semana dictó una charla sobre el tema en dependencias de la Universidad de La Serena. El experto establece que existe un grado de retraso en las investigaciones, toda vez que recién se están formando los equipos de especialistas. En todo caso, valora los esfuerzos del Centro de Estudios Avanzados en Zonas Áridas (Ceaza) “que tienen una red de instrumentos muy buena, lo que hará más preciso los diferentes parámetros en todo Los Andes”.
Algo similar piensa el doctor Cristophe Kinnard, quien por más de seis años midió las diferencias de masa en el ártico canadiense. Hoy se encuentra en Chile trabajando estrechamente con el Ceaza de manera de apoyarlos en el estudio que realizarán a diversos glaciares del Norte Chico y al más importante de la región.
Kinnard establece como prioridad empezar ahora a examinar los cambios de las masas de hielo antes que sea demasiado tarde. “El estudio de los glaciares requiere generar información que tarda muchos años y en esta zona de Chile falta bastante por hacer. La primera etapa es establecer un conocimiento de base para saber cómo funcionan estos glaciares y los mecanismos del clima que los afectan”, señala.
Y es que no es fácil obtener la información de este tipo de estructuras, ya que en el mejor de los casos tardará dos años y se requerirá una estación completa de mediciones que involucra variables como acumulación, derretimiento, mediciones meteorológicas y efectos de clima.
Bryan Mark asegura que se ha avanzado, aunque no todo el mundo tiene los instrumentos al alcance. “A veces hay que subir más de 5 mil metros para hacer la investigación. Por eso necesitamos otros métodos”, agrega. Métodos que él mismo ya está aplicando, pues dentro de su recopilación de antecedentes ha debido hacer las mediciones desde el aire a través de un avión. “El problema se da con calibrar, pero estamos avanzando con la tecnología y el conocimiento”, asevera.

FLORIDA Y NEW YORK GO HOME
El glaciar más grande del planeta es Groenlandia, la que con sus más de 2 millones de km2, es el lugar donde más hielo existe, al superar el 84% de su superficie. Haciendo una estimación, en caso de que esta ice island llegase a derretirse, la altura del océano Atlántico se incrementaría en 7 metros. Es decir, capaz de dejar bajo cientos de toneladas de agua al estado de Florida y a algunas zonas costeras de Nueva York.
“Muchas ciudades importantes en el mundo están al nivel del mar, aunque claramente en países con mayor índice de pobreza como Bangladesh o Indonesia el impacto será mayor”, explicita Mark.
Por esta razón, el académico precisa que hay que tener mucho cuidado con lo que sucede en Los Andes y los Himalayas, donde históricamente se han visto las mayores disminuciones de hielo. “Si se llegan a derretir tendremos muchos problemas con el alza en el nivel del mar”. Y no deja de tener razón, pues según la Fundación Mundial para la Protección de la Vida Silvestre, los Himalayas alimentan a los siete ríos más grandes de Asia que atraviesa China e India, paradójicamente, las naciones más pobladas del orbe. “Se pondría en peligro el abastecimiento hídrico para dos mil millones de personas”, expresó la entidad.

LA TEMIDA MANO DEL HOMBRE
Buscar responsables a esta altura, donde el alza de la temperatura planetaria parece inexpugnable está de más, siendo las soluciones y la concientización la única herramienta para luchar contra la naturaleza. ¿Qué tan influyente ha sido el cambio climático para poner contra la pared a los glaciares?
Antoine Rabatel, quien el año pasado estuvo en el Ceaza y hoy forma parte del grupo de profesores de la Universidad Joseph –Fourier de Francia, sostiene que el calentamiento global algo ha incidido, aunque no precisamente en esta parte del país. “Por lo general en las regiones de Atacama y Coquimbo, los glaciares son pequeños y están a mucha altura, por lo que no se puede afirmar que en ese caso haya un impacto directo”, indica.
De lo que sí tiene certeza es que son muchas las estructuras de hielo que han visto reducida su superficie. Por ejemplo los grandes glaciares del sur de Chile han llegado a perder entre el 25 y el 45 por ciento, sin embargo al ser más extensos se nota menos, lo que no produce tanta alarma. Distinto es lo que sucede con los de menor tamaño. “Esta merma se amplía en los pequeños como los de la zona, donde puede haber hasta un 75% de pérdida de masa hídrica”, comenta Rabatel.
Bryan Mark manifiesta que estamos en una era de hielo que recién estaríamos conociendo, aunque resalta que distinto sería el escenario en caso de perder a los glaciares. “Claramente si llegamos a perderlos entraremos a un ambiente desconocido al que deberemos adaptarnos rápido (…) Ciertamente estaremos en otra era de la historia”, apunta el experto estadounidense.
Lamentablemente no es mucho lo que desde los estratos políticos se ha avanzado para detener este calentamiento global que al año mata a miles de osos polares y deja sin alimento a millones de peces en distintos puntos de la Tierra. Ya no se puede contar con Estados Unidos como aliado para detener la emisión de gases invernadero y por ende el aumento de la temperatura. Rusia y China se encuentran a la deriva viendo intereses propios que se distorsionan con orientaciones industriales. De ellos dependerá si en cien años más deberemos pelearnos por un bien que hoy tenemos a nuestro alcance.

LOS ENIGMAS DE EL TAPADO
Hace unas semanas de oficializó la entrega de 55 millones de pesos para el Ceaza para que investigara uno de los glaciares más importantes de la Región de Coquimbo: El Tapado, ubicado a 5.536 metros sobre el nivel del mar y muy cerca del paso de Agua Negra. La iniciativa, financiada por la Dirección General de Aguas y el Centro del Agua para Zonas Áridas y Semiáridas de América Latina y El Caribe (Cazalac) es dirigida por el doctor Cristophe Kinnard y pretende generar el conocimiento básico sobre el funcionamiento de un glaciar de alta montaña en una zona árida, el que servirá para efectuar proyecciones de lo que puede ocurrir con este cuerpo de hielo. “Queremos comprender mejor el estado físico del glaciar en el presente, su balance de masa o en otras palabras cuanta masa de agua gana y pierde en un año”, explica Kinnard. Se espera que la recopilación de datos comience en el próximo verano y sus primeros resultados sean entregados a inicios del 2011.

viernes, 24 de julio de 2009

Las cuentas pendientes del transporte


Cuando la crisis económica toca el bolsillo de los chilenos, por lo general éstos no se quedan de brazos cruzados –salvo contadas excepciones- lo que los impulsa a buscar distintas fuentes de empleo. Sean éstas iguales o distintas al oficio o profesión que se estudió. Eso precisamente le pasó a Pablo, un técnico en ventas y marketing que sufrió lo incontable para reubicarse en alguna tienda de retail, luego que en su trabajo le dieran el sobre azul.
Pasaban los días y nada. Ello lo llevó a pensar en vender su auto, el que aún no terminaba de pagar. Pero un día su esposa lo “alumbró” y lo exhortó para que no se deshiciera del vehículo, sino que lo trabajara. ¿Cómo? Se preguntó este padre de dos niñas. Muy fácil, le contestó ella, ocuparlo como colectivo. Las sonrisas que por semanas estuvieron olvidadas en el baúl de los cachivaches salieron a flote.
Lo primero que hizo fue ir a pedir antecedentes a la municipalidad. Allí le dijeron que ellos no eran la instancia pertinente y lo derivaron a la Seremía de Transportes y Telecomunicaciones. Ni siquiera los burocráticos pasos con los que se encontró antes de llegar a los Edificios Públicos lo desanimaron.
Allí le explicaron que el parque de colectivos se encontraba congelado hace una década. Casi se le cae la cara, pues pensó que sus esfuerzos se habían ido al tacho de la basura. No obstante, los profesionales de la repartición pública, le dieron una luz de esperanza, al precisarle que podía “comprar” a algún empresario o persona natural que quisiese deshacerse de una patente de colectivo.
De ahí se dirigió a un medio de comunicación regional donde publicó un aviso buscando una patente de taxi colectivo. Al otro día, y mientras desayunaba, le llegó la primera llamada. Entusiasmado contestó, pero al rato se quedó sin habla. Una patente de colectivo para realizar el recorrido entre Las Compañías y el centro de La Serena le salía cuatro millones de pesos. Una brutalidad asumiendo que el único sostén del hogar era su esposa que ganaba 200 mil pesos como peluquera.
Así como Pablo han sido miles quienes han visto impedido su ingreso al sistema por la carencia de nuevas patentes que permitan acceder a un precio módico. Por el contrario, son muchos los “empresarios” que hoy logran cuantiosos ingresos por este concepto. Pero ¿hasta cuándo les durará? No mucho, porque en noviembre del año próximo el Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones debe tomar una decisión: Abrir o no el parque.

LOS POSTULADOS DE PICHILEMU
Hace unas semanas dirigentes de Antofagasta, Atacama y Coquimbo fueron invitados por su similar de la Región de O´Higgins a un encuentro ampliado en la comuna de Pichilemu, donde el tema principal fue –precisamente- la reapertura del parque. Pero la cita no fue de poca monta, sino que trascendental para quienes no desean que se incremente el número de taxis colectivos en el país. Prueba de ello fue la asistencia del senador Juan Pablo Letelier y del subsecretario de Transportes, Raúl Erazo.
El parlamentario, fue el mejor aliado del gremio menor, pues es quien encabeza un proyecto de ley en el Congreso para que los nuevos permisos no se entreguen más. Testigo de sus palabras fue el presidente de la Federación de Coquimbo, Manuel Letelier. “Para nosotros sería perjudicial renovar los permisos, ya que nos traería un perjuicio económico (…) Por eso queremos reunirnos con los parlamentarios en nuestras regiones para que tomen conciencia”, sentenció.
Lo mismo piensa el secretario de la entidad gremial, Aliro Villanueva, quien establece que durante los diez años en que no se ha permitido el ingreso de nuevos automóviles para que cumplan funciones de transporte público, se ha regulado el número y ha fortalecido a las asociaciones existentes. “Dar una mayor facilidad implica que llegue cualquiera y no responda al nivel de servicio que se ha alcanzado en los últimos años”, afirmó.
Menos rígido es el presidente de la Confederación Nacional de Taxis Colectivos de Chile (Conatacoch), Héctor Sandoval, quien el jueves se reunió con el Consejo Regional de Coquimbo – al que no pertenece la Federación de Manuel Letelier- y discutió la posición del gremio. Para Sandoval, aún es muy apresurado para hablar de un cierre definitivo del parque, ya que antes de tomar una decisión hay que cuadrar una serie de números. “Actualmente no podemos considerar el cierre definitivo del parque, porque faltan antecedentes en los que está trabajando el Ministerio, así es que pensamos que esto hay que seguir estudiándolo”, sentenció.

LUCRO INDEBIDO
En la conurbación La Serena – Coquimbo existen alrededor de dos mil colectivos, una cifra tres veces mayor a la de los microbuses que no alcanzan a superar los 600 en el territorio regional. Pero este explosivo aumento se entiende porque las encuestas han arrojado datos decidores: El 60% de la población se moviliza a través del transporte menor, prefiriendo en un 40% a las micros.
“Tenemos un sitial privilegiado, por lo que en caso de que se proponga el ingreso de más actores habrá un severo trastoque a lo ganado y retrocederemos, debiendo muchos conductores llevar a uno o dos pasajeros por viaje. Esta mayor competencia pasará la cuenta posteriormente”, estableció Manuel Letelier.
En todo caso, el dirigente no esconde su posición al preguntarle si existe un lucro “indebido” al momento de revender una patente. “Un auto básico está costando siete millones de pesos y una patente dos millones. Entonces el más humilde de los colectiveros anda con nueve millones en la calle. ¿Y qué pasa si tiene algún apuro?”, argumentó.
El también presidente de la Línea 42 El Calvario, añade que “no puedo negar que hay reventa, aunque hay que entender que la mayoría de nuestra gente es de un estrato medio – bajo, por lo que a muchos no les ha quedado otra, además que existe la tentación”, sostuvo.
En un rápido rastreo por algunos portales de avisos clasificados en Internet la relación fue de 7 a 1 en la primera página, o sea, siete peticiones de compra de patente y una de venta por 2,5 millones de pesos. Incluso, ya se están permutando autos seminuevos por un permiso de operación. “Es que los valores están llegando a ser similares, porque si uno saca la cuenta resulta más fácil comprar un vehículo que tener una patente de colectivo”, aseveró Aliro Villanueva, presidente de la Línea 77.
Para la seremi de Transportes y Telecomunicaciones, Claudia Bravo, éste ha sido uno de los aspectos negativos para quienes opten por entrar al sistema. “Es, lamentablemente, la única opción que tienen, ya que deben hacer uso de un cupo ya existente. Ese es el punto negativo del congelamiento”, puntualizó.
En cuanto a las facultades de fiscalización, éstas no dependen de la cartera, pues es un negocio paralelo que realizan las personas naturales que son propietarias de una patente.

LA ÚLTIMA PALABRA
Lejos de los dimes y diretes que existen entre los gremios o de las discusiones parlamentarias, el Ministerio de Transportes es claro: Aún no se ha tomado la decisión, por lo que cualquier elucubración es aventurarse sobre un camino donde no hay números sobre la mesa y se carece de una visión global para dar pie a la reconsideración o la mantención del status quo.
“Tal como se ha hecho en las dos prórrogas anteriores, el plazo vence recién en noviembre de 2010, restando aún por hacer los estudios y análisis correspondientes. Y con esa información no se cuenta ahora, pero que no quepa duda que cuando llegue el momento se tomará la mejor determinación”, expresó la seremi Claudia Bravo.
La tarea al momento de dar el visto bueno o recular no será sencilla, porque hay que tomar una serie de factores que se dan dentro de esta misma región. Por ejemplo, anteriormente hacíamos mención a la gran cantidad de colectivos que hay en La Serena y Coquimbo. Para ello lo ideal es que no se abra más, para así mantener sus ingresos mensuales sin ninguna competencia que los amedrente. Pero ¿qué sucede con los nuevos barrios que se están consolidando y que no cuentan con locomoción?
Por otro lado, basta ir a la comuna de Ovalle para darse cuenta que los choferes se pelean a los usuarios. Acá lo que ocurre es totalmente opuesto a la conurbación, ya que la oferta ha superado con creces la demanda de la capital limaría. “Eso a veces provoca roces entre los mismos colectiveros”, agregó Bravo.
Como se aprecia, la tarea del sucesor de René Cortázar no será fácil, ya que no sólo deberá lidiar con un sistema de transporte capitalino que anda a los tumbos y que ha sido cifrado en US$5.500 millones (monto similar para financiar equipamientos para 20 mil hospitales y equivalente al 3% del PIB), sino que desde regiones se estará atento a cuando se acerque el penúltimo mes del 2010 y cuando, de una vez por todas, se tranquilicen aguas con la mantención del congelamiento o se abra un acalorado debate con la inclusión de nuevos actores. Hasta ese momento, Pablo deberá ir buscando otro tipo de empleo, porque por este lado tiene para rato.

LA TEMIDA LICITACIÓN
Sectra, el organismos interministerial pertenecientes a las carteras de Planificación y Transportes continúa haciendo estudios para iniciar un nuevo proceso de licitación desde Arica a Valparaíso. Allí los colectivos y las micros se someterían a nuevos estándares. Lejos de alarmarse, hay sectores del gremio menor que se están preparando para una fusión de líneas y no dormirse en los laureles. Así lo han acordado los presidentes de las líneas 21 y 44, Javier Plaza y Aníbal Muñoz, respectivamente. “Queremos fortalecernos para que podamos participar”, aseguró este último, mientras que Plaza estimó que “es hora que empresas regionales se queden con este tipo de servicios, pues hay ejemplos lamentables de compañías santiaguinas que han hecho un trabajo que deja mucho que desear. Manuel Letelier es más cauto y formuló que “hoy no se está preparado para enfrentar una licitación, por lo que lo mejor es esperar”.

viernes, 17 de julio de 2009

Peligros a toda marcha


Antonio reconoce que nunca tomó un curso de conducción y que sólo fueron unos amigos quienes le dieron una pincelada. La idea era que fuese él quien los transportara después de los “carretes”, pues era el que menos bebía alcohol. Lo cierto es que este joven de 21 años fue a dar su examen de conducción en una comuna de la Región Valparaíso, conocida por dar ciertas ventajas a los aprendices.
En la prueba teórica le fue relativamente bien gracias a su buena memoria. Pero la prueba de fuego era en la pista, con las vallas y el instructor a su lado. “No fue tan terrible”, reconocería más tarde con su licencia lista para ser utilizada. Pero ¿cuán preparado estaba? “Sólo lo mínimo”, asegura con franqueza.
Al igual que Antonio son miles los jóvenes y adultos que no poseen una preparación cabal, porque la normativa no exige la obligatoriedad de demostrar una certificación de conocimientos como sí lo hacen en algunas empresas, especialmente las de transporte y minería.
Eso bien lo saben en Cordillera Ltda., una empresa ovallina que el 2007 se ganó un Capital Semilla de Sercotec y pasó de ser una escuela de conductores a una OTEC reconocida que brindaba servicios de calidad. “Con los tres millones de pesos que obtuvimos, logramos dar un pie para adquirir un equipo de última generación denominado Laboratorio Psicosensotécnico ATS (American Test System) que es muy requerido para saber si la persona está en condiciones de aprobar un test de conducir”, sentencia su gerente general, Jaime Parada.
El instrumento en cuestión costó 12 millones de pesos y con él han marcado la pauta en cuanto a requerimientos de empresa con certificación ISO. “Nos llaman mucho de las mineras, lo que nos obligó a abrir una sucursal en Copiapó”, rememora el ejecutivo.
Pero dónde está el secreto. Según confidenció Parada, no sólo se abarcan capacidades sensoriales, sino que también físicas, lo que lo hace un test muy completo. “Sólo Autoplaza y nosotros tenemos esta tecnología que es única en Sudamérica y que recién está pensando a prender en Argentina, Colombia y Perú”, dice, no sin antes acusar que Chile se ha quedado “atrás” en este tipo de dispositivos.
De acuerdo a una experimentación práctica, dentro de los exámenes más complejos se encuentran los test de coordinación bimanual, el que lleva las manos en distintas direcciones y el de reacciones múltiples. “Son las pruebas de fuego y son muy pocos quienes con escasas aptitudes pueden pasarlos”, sostiene.

¿APLICACIÓN MASIVA?
De acuerdo a les estimaciones de la compañía Cordillera Ltda., el nivel de rechazo que se aplica en las municipalidades no sobrepasa el 2%. “Hay que entender que los municipios ganan dinero con el pago de los permisos, por lo que no les conviene aplicar un sistema tan restrictivo”, asegura el empresario, valorando que con el sistema ATS ese rango se dispara al 30%.
En todo caso, los gobiernos locales han tomado distancia de esa apreciación y han desembolsado altas sumas de dinero, para evitar que sus conductores salgan con conocimientos “a medias”. Uno de ellos es el municipio de Coquimbo, que hace dos meses renovó todo el gabinete psicotécnico con tecnología de última generación y que le significó un desembolso de $40 millones. “En la parte psicométrica contamos con un coordinador motriz, un test punteado y reactímetro, mientras que en lo sensométrico tenemos un probador de visión, nictómetro y audiometría. Todo este sistema es computarizado, incluyendo la fotografía digitalizada”, detalla Jaime Silva, director de Tránsito y Transporte Público de la comuna porteña.
Esta implementación quedó a la par con las exigencias del Decreto Supremo Nº 170 del Ministerio de Transportes, y que permite que los municipios otorguen licencias de conducir. En relación a la apuesta del Laboratorio Psicosensotécnico, Silva precisó no tener mayores antecedentes al respecto.
En el municipio de La Serena defendieron los criterios técnicos y no económicos para asignar un permiso de conducción. “Nuestros parámetros se vinculan a la normativa vigente, la que coloca a los municipios como garantes de la idoneidad de una persona para conducir un vehículo. Esta evaluación se realiza en base a aspectos psicológicos y físicos”, sostiene Patricio Vega, director de Tránsito.
En virtud de la aplicación de nuevos sistemas, Vega no se cierra a la opción. “Si la legislación determinara la adopción de nuevas herramientas para todos los municipios, por supuesto que sería acogida, ya que lo natural es ir modernizando las tecnologías con el fin de que salgan a las calles personas mejor capacitadas para conducir”, expresa.
Pese a los contactos realizados ante las instancias pertinentes, hasta el cierre de esta edición el municipio de Ovalle y la Seremía de Transportes no emitieron declaración alguna.
Para bien o para mal, los sistema se irán adecuando a las nuevas exigencias de tránsito y ello implicará nuevos conocimientos, capacidades e instrucción. Esto, porque no podemos seguir hipotecando la vida de los 2.100 personas que al año perecen por esta causa.

EL TRISTE RÉCORD
Durante los fines de semana largos son donde habitualmente se intensifican los accidentes de tránsito. Es decir, Semana Santa, vacaciones de invierno y verano, Fiestas Patrias y de Fin de Año marcan la pauta. Según el catastro de la Asociación de Víctimas de Accidentes de Tránsito, Chile ocupa el tercer lugar en este ámbito a nivel latinoamericano. “Tenemos vías concesionadas, millonarias inversiones viales y campañas sin éxito que no han bajado las cifras de muertos”, precisó Pedro Leiva, presidente de esta organización. Por ejemplo el promedio de fallecidos supera los 20 durante los periodo peak. “Sólo nos supera Brasil y Bolivia”, acotó. Por esto mismo, el Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones impulsa desde el 2003 un proyecto de ley donde al momento de sacar o renovar la licencia se entregue 20 puntos. Así, y de acuerdo a las infracciones, se les irá quitando punto, los que si llegaran a cero, provocaría la suspensión del documento.”Queremos reducir en al menos 200 los decesos por accidentes al año en Chile”, destacó el ministro de Transportes, René Cortázar.

viernes, 10 de julio de 2009

Atrapados por un sueño


A fines del siglo XIX, el tradicionalismo de Viena se vino abajo con la irrupción de un –en esos tiempos- “loco” arquitecto y constructor que desafiaba las prístinas líneas urbanas del gran maestro Karl Friedrich Schinkel. Y es que Otto Wagner sabía que el acero y el cristal serían esenciales para generar ese cambio en una zona marcada por el profundo respeto residencial de las burguesías.
Fue así como empezó la revolución de las diferenciaciones, especialmente en 1894 cuando asume la cátedra de Arquitectura de la Academia de Bellas Artes de la capital austríaca. Prueba de ello es que hoy en día es posible visualizar su legado a través de estructuras clásicas como la estación de metro de Karlplatz y la Majolika Haus que consolidó las bases para el minimalismo expuestas por el genio Ludwig Mies van der Rohe. Pero su gran obra es sin lugar a dudas el edificio Postparkassenamt, donde no puede dejarse de lado su colosal estructura metálica.
Sin embargo, Wagner tiene sus detractores, principalmente los arquitectos clásicos que ven la ciudad como un todo y un pasadizo común entre las arterias, concepto instaurado por griegos y romanos hace siglos. Esto, debido a que el constructor avizoró una ciudad segregada e independiente, concepción rupturista que la hacía más fría pese a sus interesantes toques desde el punto de vista estético y comercial.
“La ciudad es la más completa y rica de las obras del hombre en cuanto a ser gregario. Es seguramente también su mayor patrimonio artístico, intelectual y económico. Es, sin duda, el principal factor de desarrollo, si se le considera responsable de ese roce que estimula y marca el crecimiento y cambio de un grupo humano”, explica el académico de la Universidad Diego Portales, Ricardo Abuauad.
Por primera vez se dejaba de lado el dogma integrador de la polis griega o los enclaves romanos y se primaba la concepción artística y productiva de una sociedad que comenzaba a coquetear con el dogma industrial y las neófitas tendencias liberales.
Hoy, a más 200 años del nacimiento del modernismo, las ciudades lejos de integrarse han ido sustituyendo la creencia centralista y han logrado focalizarse en espacios propios donde –se supone- tiene un control más efectivo del tránsito de personas y vehículos.
Pero ¿cuán efectiva es la convivencia en recintos residenciales, condominios y departamentos? Durante las últimas semanas se han visto casos donde se denuncia una rigidez extrema que atenta con la buena convivencia. A continuación sabremos si el sueño de la casa propia no termina en una verdadera pesadilla.

BRENDA Y ALEXANDER
Son calladitos, limpios y muy educados. De eso no hay duda y lo demuestran cada vez que alguien toca la puerta o les hace arrumacos. Brenda y Alexander son dos gatos romanos que viven junto a su dueña, a quien llamaremos Estela. Ella, una ex profesora normalista y jubilada hace más de dos décadas, ha dedicado los últimos años de su vida a cuidar a estas dos criaturas que un hijo le regaló antes de radicarse en Bélgica.
Si bien su pensión deja mucho que desear en virtud del aumento del costo de la vida, ninguno de sus apuros se compara con el problema que le ha significado vivir en un edificio donde una vecina no aguanta a los felinos. “Cuando compré la casa, nadie me puso reparos y ahora esta señora viene a poner problemas. Creo que está exagerando”, comenta Estela.
Desde el punto de vista legal no existe ningún impedimento para tener animales en departamentos, sin embargo, normas internas de los edificios impone un contrato de copropiedad donde se establecen ciertos requisitos. Lo ideal es que antes de adquirir una casa o departamento se les dé a conocer a los compradores para evitar trastornos posteriores en la vida vecinal. “Es sólo esta persona a la que le molestan, por lo que no la tomo en cuenta. Siempre hay gente amargada”, sentencia.
Pero internamente, Estela se siente inquieta, toda vez que ya existe el precedente de María Cristina Gaete, la mujer de 67 años que fue demandada por el administrador del edificio donde reside en Providencia. Gaete recurrió a la Corte de Apelaciones donde nuevamente se le objetaron sus argumentos, teniendo que –además- pagar $108 mil. Pero lo peor estaba por venir, ya que tuvo que pasar 14 días de reclusión nocturna. A todas luces un descriterio provocado por un vacío legal, asumiendo que muchos delincuentes pululan por las calles sin impunidad y sembrando el pánico a vista y paciencia de la justicia.
“Estoy adoptando una actitud de resistencia”, dijo hace unos días a un medio vespertino para que le permitan vivir junto a sus hijas de cuatro patas. “Ellas son mi familia”, agrega Gaete.
Estela, cree que no llegará a ese límite, pero expresa su disgusto con políticas arbitrarias adoptadas por algunas personas de su edificio.

CÓRTEME EL CABLE POR FAVOR
Si bien en nuestra pesquisa informativa no se dio con el paradero de algún afectado por el monopolio de servicios en la región, sí existe el precedente en Santiago. Les ha sucedido a muchos nuevos propietarios, quienes en vista de una buena ubicación, excelentes terminaciones, autonomía y la posibilidad de concretar el sueño de la casa propia, deben asumir responsabilidades “importadas”.
Esto sucede más a menudo de lo que se cree. Ocurrió en una conocida comuna de la Región Metropolitana, donde Juan y Victoria se mudaron en marzo pasado. Ellos comentan que al llegar se les extendió un contrato único con una empresa de telefonía. “Nos dijeron que como ellos construyeron el ducto tenían todo el derecho a cobrarnos por el servicio que jamás pedimos”, acusa Juan.
De acuerdo al código de copropiedad, los vecinos tienen abierta la opción de contratar las prestaciones del tipo que deseen, no obstante, el acuerdo preestablecido entre las inmobiliarias y las empresas de servicios “amarran” el Internet, el cable, el gas, el agua y la luz. “Existe la opción de esperar un año para cambiarse”, estipula Victoria, aunque a veces es más complicado de lo que parece, ya que los espacios de conexión está hechos para que sólo una compañía preste el servicio, impidiendo que la otra se le instale al lado. Acá la libre competencia se fue por el escusado.
Así también existen reglamentos internos que pactan un “aviso” a la directiva antes de decidir qué comprar, ocupar o contratar. Le ocurrió a Mariana, una joven universitaria que vive junto a otras amigas en un céntrico condominio de La Serena. Ella debió pedirle permiso a la directiva del edificio para instalar una antena de televisión digital. “Nos dijeron que cualquier cambio de la estructura debía pasar por un acuerdo de la directiva”, señala.
No obstante, la misma joven precisa que durante casi un mes se cortó la luz y el agua de los pasillos, pues había deudas impagas. “Allí ellos ni siquiera se acordaron de avisarnos y menos darnos una explicación. O sea, las reglas rigen para unos, pero no para todos”, añade Mariana.

CERRAR O NO CERRAR EL PORTÓN
En Santiago la proliferación de condominios o recintos cerrados a público han subido como la espuma, debido a que la alta sensación de inseguridad existente. “El grado de delincuencia está en un nivel altísimo, por lo que la tendencia es a vivir en comunidad de manera de hacer frente a los amigos de lo ajeno”, indica el arquitecto Marcelo Castagneto.
El profesional, quien ha ocupado diversos cargos gremiales y sociales, conoce muy bien a la sociedad serenense, por lo que con propiedad asegura que “acá no se está acostumbrado a vivir en ghettos, además que en lo personal no me gustan los condominios”, enuncia. La principal razón la explicita en porque no entiende que haya que pedir permiso a un guardia para ir a visitar a un amigo. “Lo ideal es poder circular libremente por las grandes vías de conexión”.
Para el presidente de la Delegación La Serena de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), Hugo Santuber, los condominios también tienen sus ventajas. Esto, porque establece que el gremio no sólo debe preocuparse por construir casas, sino que también barrios. “Hay que velar porque haya espacio para que los niños jueguen, además que se logra un mayor grado de organización donde los vecinos se apoyan para que todo funcione bien”.
Como sea, si usted está en vísperas de adquirir una propiedad recuerde no sólo evaluar el lugar, el espacio, si tiene estacionamiento o si le regalan un refrigerador, ya que lo que puede ser el gran paso de su vida, puede terminar convirtiéndose en la peor de sus apuestas.

LA FUERZA DE LOS GHETTOS
La mente de Otto Wagner dio para mucho. Y fue desde esos cimientos donde se dio paso a la repartición de la ciudad a través de barrios segregados del centro. De acuerdo al arquitecto y experto en Urbanismo, Iván Poduje, en la región asoman dos ghettos o espacios sectorizados que contienen a una población superior a las 100 mil personas. Esos son Las Compañías en La Serena y Tierras Blancas en Coquimbo.
Una de las preocupaciones que se han suscitado en los años que lleva estudiando la composición del entorno ciudadano, tiene que ver con que este desplazamiento espacial se transforme en la mejor excusa para olvidarlos. “Me preocupa que Las Compañías y Tierras Blancas queden fuera del desarrollo, pues la gente que vive y nace en esos lugares no tiene expectativas, pudiendo caer en las drogas, el alcohol y la delincuencia”, apunta.
Para ello el profesional agrega que la mejor manera de considerarlos es adoptando servicios como un transporte adecuado que se sume al buen estado de las calles. “Sitios con más de 100 mil personas deben tener su propia escuela y hospital para que la gente tenga autonomía, además de espacios públicos con áreas verdes para que se recreen lejos de los vicios de la calle”, expresa Poduje.

jueves, 2 de julio de 2009

Proyecto Delta: El coloso que domina los valles


El abrazo entre Fernando Flores y Antonio Videka no se hizo esperar. El primero, subgerente de Fomento de la Zona Sur de la Empresa Nacional de Minería (Enami) y el segundo seremi de Minería y Energía, se jugaban mucho aquella calurosa tarde de fines de diciembre de 2007 en el salón Prat de la Intendencia, donde se llevaba a cabo la sesión ordinaria de la Corema.
La ocasión así lo ameritaba porque en aquella jornada los integrantes del órgano ambiental sancionarían una de las iniciativas más importantes que Enami impulsa en el país: el proyecto Delta, planta minera industrial que ayudará a descongestionar Panulcillo en Ovalle y eventualmente Portezuelo de Illapel, los que se habían visto atochados de mineral tras el boom del precio del metal rojo ocurrido hace dos años y que tuvo su peak en julio de 2008 cuando la libra se cotizó en 4,3 dólares en la Bolsa de Metales de Londres.
La iniciativa casi no tuvo reparos y fue aprobada, siendo destacada por los efectos de dinamización de la actividad, principalmente en la provincia de Limarí. “Habrá una agilización del proceso de chancado, lo que disminuirá los tiempos de espera”, señalaba en esos días Antonio Videka. Fernando Flores, acostumbrado a mantener un bajo perfil, atinó sólo a sonreír y a mantenerse al lado del secretario regional ministerial.
Lo cierto es que esta iniciativa, única en el país y sólo comparada a una instalación mucho más pequeña que posee Enami en Arica, ha representando el caballito de batalla de miles de mineros. Esto, porque tendrá una planta de flotación con capacidad para albergar 60 mil toneladas de sulfuros de cobre y producir 3.600 toneladas de concentrado por mes. Así también una de lixiviación para los óxidos que elaborará 400 toneladas de cátodos cada treinta días. Se suma a ello un poder de compra, un depósito de relaves y una mina subterránea con reservas por treinta años. Todo por US$45,3 millones, que se suman a los US$35 millones aportados por la minera Cruz, quien opera a través de una licitación el yacimiento y la planta de procesos de óxidos.

UN LARGO CAMINO
Si bien en la Corema se presentó un proyecto robusto y con un evidente cuidado al entorno, no fue fácil llegar a convencer a las autoridades ambientales, acostumbradas a medir con una viga mucho más dura a las plantas industriales. Juan Tello, primer jefe de proyecto, tuvo que hacerse cargo de las negociaciones iniciadas a fines del 2004 y que se extendieron todo el 2005 y parte del 2006 con las comunidades locales.
Las dos mil hectáreas que posee el complejo colindan por el norte con Higueritas y en el sur con La Verdiona, ambas localidades muy pobres y cuyos escasos y empobrecidos habitantes realizan labores caprinas.
Tello asegura que no costó mucho llegar a un acuerdo con los crianceros, pero ello implicó hacerse cargo de algunas responsabilidades indirectas. Una de ellas fue el descubrimiento, luego de sondajes, de hallazgos arqueológicos. Ricardo Bassa, actual jefe de proyecto de Delta, asegura que hubo que iniciar un protocolo para alterar lo menos posible los terrenos. “Aparecieron algunos artículos como tazas y vasijas de la cultura diaguita, por lo que tuvimos que comenzar con una etapa de conservación. Hoy, creemos que ese descubrimiento potenciará un área de interés turístico”, sentencia.
Para viabilizar el tránsito hacia el interior, Enami debió invertir US$7,5 millones en la construcción de un camino de 18 kilómetros, pero el trazado inicial era muy estrecho para los camiones. “Hubo que entrar a negociar con la comunidad de Higueritas para expropiar algunas franjas”, apunta Bassa. Eso sí, Tello, plantea que hubo consenso, pues a ellos mismos se les mejoró la conectividad, pudiendo utilizar el tramo que los lleva directamente a Talhuén.
El ingeniero civil Luis Acevedo, jefe de proyecto del camino, sentencia que el trazado posee los más altos niveles de seguridad para evitar accidentes en el trayecto y que logrará contener a 200 vehículos al día. Bassa agrega que “esperamos tenerlo terminado a fines de julio”.

MENOS TIEMPO DE ESPERA
Durante gran parte del año pasado, la mayoría de las asociaciones mineras tenían como blanco la demora experimentada por la planta Panulcillo, cuyas instalaciones antiguas no daban abasto para responder a cada uno los requerimientos de los mineros. Y menos aún cuando se produjo la época más boyante donde la entrega de óxidos se contabilizó en 40 mil toneladas mensuales, mientras que la de sulfuros alcanzó 10 mil toneladas. “El sobrestock llegó a ser incontenible, lo que impedía una atención rápida, teniendo que esperar los camiones entre tres y cuatro día para ser atendidos”, relata Stella Segura, presidenta de la Asociación Minera de Ovalle.
En todo caso, esos sacrificios que pusieron en apuros los bolsillos de los pequeños mineros, quedará en el olvido, ya que desde el 22 de junio Delta está en condiciones de recibir los óxidos en su poder de compra, permitiendo el ansiado desahogo de Panulcillo. “El trámite no debiera demorar más de treinta minutos por carga”, resalta Ricardo Bassa.
Tomando en consideración el golpe que ha significado para esta actividad extractiva la crisis económica mundial, el aporte de Delta irá en directo beneficio de esos alicaídos bolsillos. “El poder de compra tiene dispuestas tres canchas donde caben en cada una alrededor de 250 camiones”, indicó Bassa, quien valoró los menores costos que deberán asumir.

CLAUSTRO VOCACIONAL
La vida del minero es sacrificada, sea jefe o peón. Para todos es igual, pues las instalaciones se encuentran internadas en montes y valles, lejos de los centros urbanos. Eso bien lo sabe Ricardo Bassa, quien la primer quincena del mes la pasa en Ovalle y el resto en su casa de Santiago. “Nos hemos acostumbrado a vivir lejos de la familia (…) A veces uno deja de lado ciertas responsabilidades con uno mismo”, expresa este ingeniero, en directa relación con los chequeos médicos al que debe asistir regularmente, luego de una operación al corazón donde le pusieron cuatro by-pass.
Juan Tello miraba de niño todos los días desde su casa en El Llano en Coquimbo, el mar que golpeaba las rocas. Nunca sintió atracción por la pesca o los servicios, muy por el contrario, bastante joven sabía que quería ser un profesional de la minería. Por eso entró a la Escuela de Minas de la sede serenense de la desaparecida Universidad Técnica del Estado, hoy Universidad de La Serena. Allí sacó el título de ingeniero ejecución, el que le permitió desarrollar labores por más de treinta años en Enami, una vez que obtuviera el grado de ingeniero civil en Minas en la capital. Incluso, aún recuerda a compañeros de labores como Belisario Gallardo y Claudio Canut de Bon, ambos académicos de la ULS. “Eran tiempos donde no importaba pasar frío o hambre, la idea era explorar en busca de nuevas vetas”, comenta.
Mientras enciende el primer cigarrillo de los más de veinte que fuma al día, asegura que ha recorrido todo Chile en busca de sitios con proyección. Hoy vive lejos de su familia que reside en Copiapó. “Viajo todos los fines de semana, en todo caso”, argumenta, ya acostumbrado al sacrificio.
Higinio Traslaviña ha permanecido un poco menos que Juan Tello en Enami (20 años), pero sabe a la perfección el proceso de la fundición y aleación de metales, debido a que es especialista en metalurgia. “Eso sí, soy ingeniero civil de Minas”, aclara. A diferencia de Tello, eran muy pocas las veces que veía el océano, siendo los senderos y colinas copiapinas su máxima fuente de inspiración.
Se instruyó en la Escuela de Minas de Copiapó, aunque debió obtener la especialización en Santiago, “hasta donde llegaban todos en esa época, por lo que nos conocemos bastante”, comenta.
Su itinerario lo llevó por algún tiempo a residir en Iquique, cuando desarrolló labores en la mina La Cascada. Hoy es el encargado de la planta de sulfuros en Delta y es como volver a casa. “Me reencontré con varios amigos (…) Me siento muy a gusto en Enami”, precisa. Actualmente reside en Peñuelas junto a su esposa y al igual que muchos de sus compañeros sabe que es un ermitaño incomprendido por muchos, pero que en virtud de ese esfuerzo, han contribuido a que Chile sea una potencial mundial de la minería.

CONCIENCIA AMBIENTAL
Las entidades del Estado han acostumbrado a dar ejemplos de respeto por el medio ambiente. Lo hizo el Ministerio de Obras Públicas al recuperar un bosque de canelos en el embalse El Bato y también lo hizo Enami. Y es que los terrenos donde está emplazado Delta poseen alta biodiversidad en flora y fauna. Prueba de ello es que la Comisión Regional de Medio Ambiente (Corema) los instruyó para que aplicaran medidas de mitigación. Fue así como se rescataron y relocalizaron cactáceas como el sandillón. “Siempre estuvo dentro de nuestra planificación respetar el entorno que rodea la mina. Incluso se hizo un fichaje con cada una de las especies para tener claro dónde estaba ubicadas”, manifiesta Ricardo Bassa.

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