Tanto fue el cántaro al agua que terminó por romperse. La explosiva alza que ha tenido el petróleo durante los últimos meses ha significado que vuelvan a la agenda pública esos oscuros pasajes de movilizaciones e interrupciones de caminos ocurridos entre el 17 y 19 de octubre del 2000 cuando el dirigente Héctor Moya no respetó el derecho a diálogo y puso en jaque al recién asumido Presidente Ricardo Lagos Escobar.
Y es que si se toma en cuenta el poder del transporte de carga, son muchas las administraciones que han sufrido con sus decisiones de “paralizar al país”. Ello porque 36 años antes (1972), y en pleno periodo de Salvador Allende, nuevamente octubre fue el mes escogido para sacar a la calle los pesados vehículos y protestar por la defensa de la propiedad, acción que tuvo carácter nacional y fue liderada por León Vilarín Marín.
Meses antes del Golpe de Estado (1973), fue la misma Confederación Nacional de Dueños de Camiones (CNDC), la que llevó a cabo un nuevo paro, esta vez apoyado por otras entidades gremiales y de la pequeña y mediana empresa.
Cuando Chile se acerca a celebrar el Bicentenario (2010) la turbulencia que azota a los mercados internacionales y la inestabilidad en cuanto a la producción de insumos energéticos pone en ascuas a las economías, una nueva movilización nacional se situó en la agenda y desde ya se anuncian serios trastornos a la productividad y conectividad.
Esto porque no sólo los camioneros han dado su anuencia para participar de la actividad, sino que también ya se escuchan las voces de los microbuseros y los colectiveros.
Pero ¿quiénes son los tres líderes regionales que han puesto en jaque el poder de negociación del Ejecutivo? ¿Cuánto poder tienen? Interrogantes que ya forman parte de la carpeta de antecedentes que tiene sobre su mesa el equipo económico de La Moneda, y que tendrán que sopesar de cara a la decisión que deberán presentarle a la Presidenta Bachelet este lunes.
UN FILÓSOFO AL VOLANTE
Quienes han tenido la oportunidad de conversar con Jorge Castex, presidente de la Federación Regional de Transporte Mayor de Pasajeros (FERENOR), se habrán dado cuenta que cada una de sus palabras proviene desde lo más hondo de su alma. Es que sus pensamientos toman forma cada vez que quiere y necesita defender a su sector. Es así como en innumerables veces evitó enfrentarse con las autoridades y prefirió llegar a consenso.
No obstante, esa actitud pasiva le significó severas críticas por parte de sus mismos asociados quienes en noviembre del 2007 lo habían elegido como el mandamás regional. “A veces me han dicho que debo ser más duro”, reconoció el dirigente.
En todo caso es su estilo y quienes lo conocen de cerca manifiestan que es un caballero que sabe poner sobre la mesa los argumentos en el instante preciso donde los ánimos se caldean.
“Dirige muy bien y es un líder que posee mucha experiencia y que al momento de buscar acuerdos, resulta muy decidor. Como no es confrontacional varios de sus asociados lo trataron de blando, sin embargo, ello no ha impedido que sea un interlocutor válido”, aseguró una fuente que lo conoce hace bastante tiempo.
Silvia Rivera, presidenta de Lisanco y vicepresidenta de FERENOR, no duda en hacer saber su admiración por Jorge Castex, a quien conoce hace más de una década cuando asistían juntos a los congresos de la Confederación Nacional (CONABUS).
“Es un buen dirigente y un gran gremialista. Nos ha representado muy bien en las distintas instancias donde le ha tocado participar”, acotó la timonel de Lisanco.
Esa buena llegada con las bases y alejada de aspiraciones de poder, le permitió asegurar un cupo en la cúpula directiva de CONABUS. Esto porque desde el año pasado es el vicepresidente de esta confederación, siendo el segundo hombre tras el presidente José Muñoz Retamal, quien dirige los movimientos desde Talca.
Activa fue su participación en el XV Congreso Nacional de la Confederación Nacional de Transporte Mayor Regional de Pasajeros que se celebró entre el 8 y 10 de mayo en el hotel La Serena Club Resort de la capital regional. “Creo que mi discurso inaugural fue muy elocuente e hizo recapacitar a los personeros de Gobierno y parlamentarios que se encontraban en el salón”, indicó sin pecar de soberbia, aunque orgulloso de la defensa que hizo del gremio ante quienes “debían” escuchar las prerrogativas del sector.
Capaz de adicionar más que restar, fue uno de los interlocutores válidos que negoció este fin de semana con la Confederación Nacional de Dueños de Camiones (CNDC) y a la que le comprometió el apoyo de más de 600 máquinas de la Región de Coquimbo y de 1.100 personas. “Es que no podemos soportar más, es hora de movilizarnos”, formuló el jueves pasado antes de partir hasta Santiago para afinar detalles del frente amplio que se movilizará –en principio entre martes y miércoles- a lo largo del territorio nacional.
UN DURO CON PASADO MINERO
Es quizás el hombre más poderoso en la región. A pesar de acatar las decisiones que dicte la directiva de la Confederación Nacional de Dueños de Camiones (CNDC), Juan Carlos Aguirre sabe que es hora de demostrar el poder que tiene el transporte de carga.
Cuentan quienes lo conocen que no es raro verlo en las negociaciones con un tono enérgico, aunque nunca ofensivo al momento de poner sobre la mesa sus argumentos de debate. Fue el mismo que anunció -cuando nadie lo creía- un paro. “El gremio se aprestaba a realizar una movilización no sólo regional, sino que también incluya toda la zona norte y el sur”, subrayó hace unas semanas.
Dentro de sus principales atributos, radica el aunar criterios y negociar con distintas entidades gremiales con la intención de sumar fuerzas que posicionen a los camioneros. Es así como una de sus últimas estrategias ha sido incorporar a este frente de protesta al Transporte Minero (Transmin), el que opera principalmente en la mina Panulcillo de Ovalle y cuenta con 120 máquinas.
Como botón de muestra de su poder de convocatoria, él mismo aseguró que Transmin se hará parte de la protesta de este martes, lo que representa un pequeño triunfo, debido a que él sabe lo que implica para la región la actividad extractiva de minerales y sus carencias.
“Una de ellas es la seguridad, pues durante la semana pasada, 10 camiones fueron desvalijados en Panulcillo. Ante esa situación, no nos podemos quedar de brazos cruzados”, explicó sabiendo que su defensa de Transmin se podría traducir en un apoyo al paro nacional, lo que finalmente consiguió.
Su pasado en ese tipo de faenas también le permite poner sobre la balanza una “presión” productiva ante una de abastecimiento en tan sólo dos días. “No es lo mismo hacer ruido con los procesos de producción donde las pérdidas diarias son millonarias. El resto de los rubros pueden esperar”, explica un personero que ha trabajo con él.
Pero Aguirre sabe que la primera batalla será este martes, por lo que mientras más fuerte sea el movimiento en la región, mayor consolidación en las cúpulas tendrá. Una de las personas que lo conoce, aunque no desea que se sepa su identidad, precisó que su próximo objetivo se situaba en “invitar” a Asoducam, otra organización camionera de Ovalle, la que posee 60 vehículos de carga a su haber, a participar del cese de actividades.
Si cuantificamos que su área de influencia llega a 800 camiones, no es pretencioso hacer mención que en la zona gran parte de los logros pasarían por su gestión.
ENTRE LAS RUEDAS Y LA POLÍTICA
Manuel Letelier, presidente de la Federación de Taxis Colectivos de Coquimbo reconoce que un partido político del cual no quiere revelar su nombre, le ofreció un cupo para competir por la concejalía de la ciudad puerto en las elecciones de octubre próximo. Su respuesta, extendida durante la semana pasada, fue negativa. Su corazón todavía late, y fuerte, por el transporte menor, actividad que ha desarrollado por más de veinte años. “Aún me quedan muchas cosas por hacer por los colectivos, así es que permaneceré ligado por un buen tiempo más”.
Pero la vida al frente de este gremio no ha sido fácil. Y es que el transporte menor es el que presenta las mayores divisiones internas. Prueba de ello es que en el 2007 se creó un consejo regional que es presidido por Neftalí Vicencio el que deslegitimó a la entidad dirigida por Letelier. Su “colega” Vicencio fue claro en su postura: “A pesar de lo que digan de mí, soy yo quien posee el apoyo de las bases”, aseguró.
Pero con su tono conciliador que lo ha hecho presente en cada uno de los encuentros en las mesas de trabajo con la Seremía de Transportes y Telecomunicaciones, su mesura es su mejor aliada. “Más allá de las diferencias, el transporte menor debe ver cómo aúna criterios para poder hacer frente a las alzas que nos están perjudicando”, sentenció.
A pesar de esa impronta que lo ha caracterizado, no ha parado de sumar adversarios. El último fue Juan Hidalgo, mandamás del consejo comunal de Coquimbo, quien si bien no comparte del todo con la proclamación el año pasado de Vicencio de inaugurar el consejo regional, no se alineó con Letelier.
Y es que la línea entre la política y el transporte menor es muy delgada. A sólo meses de haber asumido, el consejo regional de Vicencio tuvo acercamientos con la senadora Evelyn Matthei (UDI) con la hicieron patente la molestia que existía con la seremi de Transportes Claudia Bravo. Ello llevó a la parlamentaria a iniciar gestiones con la entonces subsecretaria de Transportes, Elinett Wolf, para sacarla del cargo, lo que hasta la fecha no ha ocurrido.
Quienes conocen desde cerca los roces que han surgido entre la seremi Claudia Bravo y los colectiveros liderados por Neftalí Vicencio, acotan que la guerra es a muerte. A tanto ha llegado la disputa que este sector ya no considera dentro de los canales formales a la autoridad regional.
Y es que si se toma en cuenta el poder del transporte de carga, son muchas las administraciones que han sufrido con sus decisiones de “paralizar al país”. Ello porque 36 años antes (1972), y en pleno periodo de Salvador Allende, nuevamente octubre fue el mes escogido para sacar a la calle los pesados vehículos y protestar por la defensa de la propiedad, acción que tuvo carácter nacional y fue liderada por León Vilarín Marín.
Meses antes del Golpe de Estado (1973), fue la misma Confederación Nacional de Dueños de Camiones (CNDC), la que llevó a cabo un nuevo paro, esta vez apoyado por otras entidades gremiales y de la pequeña y mediana empresa.
Cuando Chile se acerca a celebrar el Bicentenario (2010) la turbulencia que azota a los mercados internacionales y la inestabilidad en cuanto a la producción de insumos energéticos pone en ascuas a las economías, una nueva movilización nacional se situó en la agenda y desde ya se anuncian serios trastornos a la productividad y conectividad.
Esto porque no sólo los camioneros han dado su anuencia para participar de la actividad, sino que también ya se escuchan las voces de los microbuseros y los colectiveros.
Pero ¿quiénes son los tres líderes regionales que han puesto en jaque el poder de negociación del Ejecutivo? ¿Cuánto poder tienen? Interrogantes que ya forman parte de la carpeta de antecedentes que tiene sobre su mesa el equipo económico de La Moneda, y que tendrán que sopesar de cara a la decisión que deberán presentarle a la Presidenta Bachelet este lunes.
UN FILÓSOFO AL VOLANTE
Quienes han tenido la oportunidad de conversar con Jorge Castex, presidente de la Federación Regional de Transporte Mayor de Pasajeros (FERENOR), se habrán dado cuenta que cada una de sus palabras proviene desde lo más hondo de su alma. Es que sus pensamientos toman forma cada vez que quiere y necesita defender a su sector. Es así como en innumerables veces evitó enfrentarse con las autoridades y prefirió llegar a consenso.
No obstante, esa actitud pasiva le significó severas críticas por parte de sus mismos asociados quienes en noviembre del 2007 lo habían elegido como el mandamás regional. “A veces me han dicho que debo ser más duro”, reconoció el dirigente.
En todo caso es su estilo y quienes lo conocen de cerca manifiestan que es un caballero que sabe poner sobre la mesa los argumentos en el instante preciso donde los ánimos se caldean.
“Dirige muy bien y es un líder que posee mucha experiencia y que al momento de buscar acuerdos, resulta muy decidor. Como no es confrontacional varios de sus asociados lo trataron de blando, sin embargo, ello no ha impedido que sea un interlocutor válido”, aseguró una fuente que lo conoce hace bastante tiempo.
Silvia Rivera, presidenta de Lisanco y vicepresidenta de FERENOR, no duda en hacer saber su admiración por Jorge Castex, a quien conoce hace más de una década cuando asistían juntos a los congresos de la Confederación Nacional (CONABUS).
“Es un buen dirigente y un gran gremialista. Nos ha representado muy bien en las distintas instancias donde le ha tocado participar”, acotó la timonel de Lisanco.
Esa buena llegada con las bases y alejada de aspiraciones de poder, le permitió asegurar un cupo en la cúpula directiva de CONABUS. Esto porque desde el año pasado es el vicepresidente de esta confederación, siendo el segundo hombre tras el presidente José Muñoz Retamal, quien dirige los movimientos desde Talca.
Activa fue su participación en el XV Congreso Nacional de la Confederación Nacional de Transporte Mayor Regional de Pasajeros que se celebró entre el 8 y 10 de mayo en el hotel La Serena Club Resort de la capital regional. “Creo que mi discurso inaugural fue muy elocuente e hizo recapacitar a los personeros de Gobierno y parlamentarios que se encontraban en el salón”, indicó sin pecar de soberbia, aunque orgulloso de la defensa que hizo del gremio ante quienes “debían” escuchar las prerrogativas del sector.
Capaz de adicionar más que restar, fue uno de los interlocutores válidos que negoció este fin de semana con la Confederación Nacional de Dueños de Camiones (CNDC) y a la que le comprometió el apoyo de más de 600 máquinas de la Región de Coquimbo y de 1.100 personas. “Es que no podemos soportar más, es hora de movilizarnos”, formuló el jueves pasado antes de partir hasta Santiago para afinar detalles del frente amplio que se movilizará –en principio entre martes y miércoles- a lo largo del territorio nacional.
UN DURO CON PASADO MINERO
Es quizás el hombre más poderoso en la región. A pesar de acatar las decisiones que dicte la directiva de la Confederación Nacional de Dueños de Camiones (CNDC), Juan Carlos Aguirre sabe que es hora de demostrar el poder que tiene el transporte de carga.
Cuentan quienes lo conocen que no es raro verlo en las negociaciones con un tono enérgico, aunque nunca ofensivo al momento de poner sobre la mesa sus argumentos de debate. Fue el mismo que anunció -cuando nadie lo creía- un paro. “El gremio se aprestaba a realizar una movilización no sólo regional, sino que también incluya toda la zona norte y el sur”, subrayó hace unas semanas.
Dentro de sus principales atributos, radica el aunar criterios y negociar con distintas entidades gremiales con la intención de sumar fuerzas que posicionen a los camioneros. Es así como una de sus últimas estrategias ha sido incorporar a este frente de protesta al Transporte Minero (Transmin), el que opera principalmente en la mina Panulcillo de Ovalle y cuenta con 120 máquinas.
Como botón de muestra de su poder de convocatoria, él mismo aseguró que Transmin se hará parte de la protesta de este martes, lo que representa un pequeño triunfo, debido a que él sabe lo que implica para la región la actividad extractiva de minerales y sus carencias.
“Una de ellas es la seguridad, pues durante la semana pasada, 10 camiones fueron desvalijados en Panulcillo. Ante esa situación, no nos podemos quedar de brazos cruzados”, explicó sabiendo que su defensa de Transmin se podría traducir en un apoyo al paro nacional, lo que finalmente consiguió.
Su pasado en ese tipo de faenas también le permite poner sobre la balanza una “presión” productiva ante una de abastecimiento en tan sólo dos días. “No es lo mismo hacer ruido con los procesos de producción donde las pérdidas diarias son millonarias. El resto de los rubros pueden esperar”, explica un personero que ha trabajo con él.
Pero Aguirre sabe que la primera batalla será este martes, por lo que mientras más fuerte sea el movimiento en la región, mayor consolidación en las cúpulas tendrá. Una de las personas que lo conoce, aunque no desea que se sepa su identidad, precisó que su próximo objetivo se situaba en “invitar” a Asoducam, otra organización camionera de Ovalle, la que posee 60 vehículos de carga a su haber, a participar del cese de actividades.
Si cuantificamos que su área de influencia llega a 800 camiones, no es pretencioso hacer mención que en la zona gran parte de los logros pasarían por su gestión.
ENTRE LAS RUEDAS Y LA POLÍTICA
Manuel Letelier, presidente de la Federación de Taxis Colectivos de Coquimbo reconoce que un partido político del cual no quiere revelar su nombre, le ofreció un cupo para competir por la concejalía de la ciudad puerto en las elecciones de octubre próximo. Su respuesta, extendida durante la semana pasada, fue negativa. Su corazón todavía late, y fuerte, por el transporte menor, actividad que ha desarrollado por más de veinte años. “Aún me quedan muchas cosas por hacer por los colectivos, así es que permaneceré ligado por un buen tiempo más”.
Pero la vida al frente de este gremio no ha sido fácil. Y es que el transporte menor es el que presenta las mayores divisiones internas. Prueba de ello es que en el 2007 se creó un consejo regional que es presidido por Neftalí Vicencio el que deslegitimó a la entidad dirigida por Letelier. Su “colega” Vicencio fue claro en su postura: “A pesar de lo que digan de mí, soy yo quien posee el apoyo de las bases”, aseguró.
Pero con su tono conciliador que lo ha hecho presente en cada uno de los encuentros en las mesas de trabajo con la Seremía de Transportes y Telecomunicaciones, su mesura es su mejor aliada. “Más allá de las diferencias, el transporte menor debe ver cómo aúna criterios para poder hacer frente a las alzas que nos están perjudicando”, sentenció.
A pesar de esa impronta que lo ha caracterizado, no ha parado de sumar adversarios. El último fue Juan Hidalgo, mandamás del consejo comunal de Coquimbo, quien si bien no comparte del todo con la proclamación el año pasado de Vicencio de inaugurar el consejo regional, no se alineó con Letelier.
Y es que la línea entre la política y el transporte menor es muy delgada. A sólo meses de haber asumido, el consejo regional de Vicencio tuvo acercamientos con la senadora Evelyn Matthei (UDI) con la hicieron patente la molestia que existía con la seremi de Transportes Claudia Bravo. Ello llevó a la parlamentaria a iniciar gestiones con la entonces subsecretaria de Transportes, Elinett Wolf, para sacarla del cargo, lo que hasta la fecha no ha ocurrido.
Quienes conocen desde cerca los roces que han surgido entre la seremi Claudia Bravo y los colectiveros liderados por Neftalí Vicencio, acotan que la guerra es a muerte. A tanto ha llegado la disputa que este sector ya no considera dentro de los canales formales a la autoridad regional.